En dos zonas prenden 60% de incendios en La Primavera
Los incendios son la principal amenaza para el pulmón tapatío; entre 2010 y 2018 hubo 276 siniestros dentro del Área Natural Protegida y 497 en la zona de influencia, con severos daños para el ecosistema y también para la metrópoli
El Cerro del Colli en Zapopan y el límite con Tala son los focos rojos detectados por autoridades; quemas agrícolas y vandalismo, principales causas de las conflagraciones. Desde 2010 se han registrado 276 siniestros en el bosque, entre los que destaca el megaincendio de hace seis años.
La noche del 25 de abril de 2012, la zona metropolitana de Guadalajara durmió envuelta por una densa nube de humo. Parecía neblina, pero a diferencia de la originada por vapor de agua, con ésta los ojos lloraban y las gargantas se resecaban. Hasta Tonalá, a 30 kilómetros de distancia, se percibía el tufo a quemado.
En el poniente de la ciudad, encumbrando los cerros de La Bandera y El Colli, una delgada línea incandescente se asomaba; de ahí procedía el hedor. Se trataba del incendio más devastador en la historia del bosque de La Primavera, que consumió ocho mil 200 hectáreas del Área Natural Protegida (ANP), es decir un tercio del territorio. El siniestro comenzó el día 24 y fue 72 horas después que se logró sofocar. El bosque aún se recupera de estos daños ambientales.
A pesar de que se implementaron acciones tras ese siniestro, el bosque de La Primavera, principal pulmón de Guadalajara, sigue bajo amenaza. Los incendios forestales son la principal preocupación de las autoridades, quienes cada temporada de estiaje tratan de contener los daños ocasionados por el fuego que, según las estadísticas, en 99% de los casos es originado por el hombre intencional o accidentalmente (en 10 años, sólo un incendio lo provocó un rayo).
El ANP, que la semana pasada cumplió 38 años de haber sido decretada como tal, se encuentra bajo ataque desde dos flancos, principalmente. Las cifras del organismo público descentralizado (OPD) que lo resguarda señalan que, de 2010 hasta la fecha, seis de cada 10 incendios que impactaron el bosque se originaron en la zona oriental, en el municipio de Zapopan y en el lado norponiente, en Tala.
Según investigaciones de académicos, estas zonas donde se registran la mayoría de los incendios son además los puntos del bosque con mayor influencia para la calidad del aire de la zona metropolitana de Guadalajara.
Marciano Valtierra Azotla,
director general del OPD Bosque de La Primavera, afirmó que son factores distintos los causantes de estos incendios: “Por el lado de Tala —Mesa del Nopal, Los Chorros y La Lobera—,
está más asociado a las quemas agropecuarias, y de lado de El Colli es un tema asociado a vandalismo. Esto también se observa hacia el territorio de Santa Ana Tepetitlán,
Lomas y Brisas de la Primavera donde hay quemas de basura y que detonan en un problema mayor”.
Si bien estos son focos rojos, también hay atención ha-
cia la zona norte del bosque, área que colinda con la carretera a Nogales.
Reacción ante puntos críticos
El titular del OPD Bosque de La Primavera señaló que se implementaron acciones de prevención en las zonas con mayor siniestralidad; por ejemplo, en el lado de Tala se coordinan con los ejidatarios y productores de caña para la quema controlada de parcelas e impedir que el fuego entre al bosque: “Ahora hay un calendario de quemas con ellos y avisan a los equipos técnicos cuando se va a realizar para que ésta ocurra en condiciones atmosféricas adecuadas, mañana o madrugada incluso, pero evitando que se generen las actividades en horarios propicios para un incendio”.
Explicó que en el lado del Cerro del Colli se reforzaron las brechas cortafuego: “Ahí no hay un tema de especulación inmobiliaria porque el cerro es de pendiente pronunciada, sino vandalismo deliberado. Con las brechas cortafuego nos permite separar lo perturbado de la masa forestal”.
No obstante, el funcionario aseguró que el principal trabajo es supervisar con los tres niveles de gobierno la zona periférica del ANP. Afirmó que de este modo se genera un efecto disuasivo para que la gente no queme basura o desechos, fuego que podría extenderse hacia el bosque.