A MIS HIJAS, DESPUÉS DEL DÍA DE LA MUJER
Sé que aún son pequeñas. Que todavía no han tenido que aprender sobre la brecha salarial. Pero también deseo profundamente que cuando crezcan sean más libres y tengan más oportunidades de las que yo tuve.
Por eso hay varias cosas que quiero que sepan. Y que recuerden siempre, incluso cuando sean adultas y hayan decidido libremente cómo vivir su vida:
No hay juguetes “para niños” ni juguetes “para niñas”. Las niñas pueden jugar con muñecos del Hombre Araña y los niños pueden jugar con Barbies.
Tu opinión es tan importante como la de los otros. Habrá mucha gente que querrá interrumpirte: tú sigue hablando hasta que termines.
Haz caso a lo que sientes. Si no te sientes cómoda cerca de alguien, aléjate. No es necesario que ocurra algo, tus sentimientos son más que válidos.
Llorar está bien. Lo necesitamos. No dejes que nadie te diga que lloras demasiado o que tus emociones son el problema. Las lágrimas no invalidan las circunstancias.
No es tu obligación ser bonita (aunque yo piense que eres hermosa). Si no quieres maquillarte no tienes por qué. Si quieres hacerlo, hazlo.
Tu cuerpo es tuyo. Nadie tiene más autoridad sobre él que tú y solo tú puedes decidir lo que haces con él.
Si quieres algo, yo te apoyaré. Pero deseo que conozcas la satisfacción de alcanzar tus propios logros con esfuerzo y dedicación.
Viaja. Sola o con amigas. Conocer el mundo nunca es mala idea.
Es importante aprender a cocinar. Pero también es importante aprender un par de llaves de judo. Nunca sabes cuándo las vas a necesitar.
No subestimes la amistad con otras mujeres. Muchas crecimos pensando que las chicas “hacen mucho drama” y que es mejor tener amigos hombres. Eso no es verdad: son mis amigas quienes me han apoyado en los momentos críticos y con quienes he reído hasta hacernos pipí. ¡Quiero que seas así de feliz!