Repiten operadores protestas, alegan tardanza de Semov
En el primer semestre de 2018 la estadística de homicidios en el estado ya rompió el infame récord alcanzado en el mismo lapso de 2017, y se perfila como el periodo más violento en las últimas dos décadas
Al argumentar un proceso burocrático y tardado, trabajadores del volante pertenecientes a las ERT se manifestaron y provocaron congestionamiento vial en la zona de periférico norte. Ayer la Secretaría de Movilidad entregó 250 fichas para el registro de los operadores; sin embargo, fueron más de 600 los que acudieron a realizar el trámite. Los operativos a cargo de la dependencia continúan.
Desde enero de 2010 hasta junio de 2018, los homicidios en Jalisco se incrementan a una tasa de 1.03% cada mes. En el primer semestre del año ya se documentan en la entidad 882 asesinatos, que superan los 629 cuantificados en el mismo periodo de 2017, el cual terminó siendo el año con más crímenes en la historia de Jalisco en las últimas dos décadas.
En entrevista radiofónica, el titular de la Agencia Metropolitana de Seguridad (AMS), Marco Valerio Pérez Gollaz, reconoció que 2018 podría cerrar como el año más violento en los últimos 20 años en Jalisco, debido a los elevados índices delincuenciales que se reportan, incluso superando el récord establecido en 2017, cuando se alcanzaron mil 369 asesinatos.
Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el primer semestre de 2018 es el más violento desde que se cuenta con registros, en 1997. De hecho, destacan los meses de marzo y mayo como aquellos en los que más asesinatos se han registrado, con 167 y 165 asesinatos, respectivamente.
En lo que va de julio se documentan ya más de 85 homicidios sólo en la zona metropolitana de Guadalajara. Apenas él viernes pasado, en menos de 24 horas hubo 12 crímenes, y a esto se debe sumar el hallazgo de cadáveres en fosas clandestinas en los municipios de Tlajomulco y San Pedro Tlaquepaque.
A decir de autoridades, el alza en los asesinatos se ha derivado de una escalada de violencia entre grupos criminales, principalmente entre células que operan en los municipios de Tlaquepaque y Tlajomulco.