Cómo complacer a tus invitados con un banquete ideal
La comida es fundamental en una fiesta de bodas y con estos consejos básicos te ahorrarás los problemas más comunes
Equilibrio entre sabor y estética
Como se trata de una boda, una celebración en la que se mezclan diferentes elementos, como la moda, la parsimonia y la vida social, la comida además de sabrosa debe estar muy bien presentada. Lograr un equilibrio entre sabor y estilo es crucial, para agasajar a los invitados por la vista y luego por el paladar. Si logras dar con platillos que además sean diferentes a lo típico, mejor aún.
De día o de noche
El horario del banquete influye directamente en la elección del menú. Sobre todo si el clima es muy preponderante, ya sea muy frío o muy cálido. Por eso hay que escoger la carta según eso; si es de día, hay que inclinarse por la frescura de las ensaladas, por pescados y mariscos, carnes blancas y postres fríos, como pasteles helados o nieves. Si es de noche, se recomienda optar por carnes rojas y vinos tintos.
Opciones para todos
Para que nadie se sienta apartado de la comida, es importante tener al menos una opción para niños y otra para vegetarianos. Para los más pequeños, se recomienda un solo plato bien balanceado que sea atractivo para ellos en sabores y colores. Para quienes evitan comer carnes, hay que pensar un platillo especial, que por lo mismo debe ser igualmente bueno que el platillo principal. Esto hará que todos los invitados se sientan incluidos y cómodos.
La cantidad exacta
Que nadie diga que era poca comida, pero tampoco que sobren kilos de ésta. Es un equilibrio difícil de conseguir, pero lograrlo es clave para un banquete redondo. Los expertos recomiendan que al menos sea una comida o cena de tres tiempos, así se aseguran variedad de sabores y raciones que no dejarán a nadie con gusto a poco. Y como máximo, un menú de cinco tiempos. Las mesas de quesos o de postres son el complemento perfecto cuando se trata de complacer paladares de los que persiguen sabores fuertes.
Y no hay que olvidar algún bocadillo de trasnoche, para ese momento en que el alchol comienza a subirse a la cabeza y el cansancio empieza a acalambrar a los reyes de la pista de baile.
Probar antes que nada
Nadie quiere llevarse una sorpresa desagradable en el día de su boda. Por eso, hay que probar y probar lo que se servirá ese día. Además, es recomendable no experimentar con platillos de sabores muy osados, porque puede que algunos invitados más conservadores no simpaticen con ellos.