LA OTRA CONQUISTA DE PABLO ALBORÁN

Desde su creación, la música se ha mantenido en un constante proceso evolutivo del que ningún artista se puede escapar. Sin embargo, ese recurrente avance es lo que permite que cada ser humano disfrute de las melodías con las que se identifica y a su vez forma parte del desarrollo de la carrera del artista que, con el paso del tiempo, consolida su identidad. No son muchos los que trasgreden la línea que les marca su estilo, y más cuando son estrellas y tienen seguidores por millones en muchos países del mundo. Casi una década de trayectoria es lo que ha llevado a Pablo Alborán a seguir en la persistente búsqueda de consolidar un avance claro en la industria de la música y, sobre todo, a apostar por aquellos escenarios que parecen arriesgados, pero que en realidad lo van a llevar a proponer nuevas conquistas. Tras el éxito de su álbum y su gira mundial Prometo, el cantautor español se presentó con una sorprendente faceta nueva donde, de forma irónica, logró romper con un Tabú todo esquema de convencionalismo, adentrándonos en una nueva dimensión de su música. En compañía de la artista estadounidense Ava Max fue que Alborán encontró el sentido de esta canción, donde no sólo se integró al estilo de la cantante, sino que además dejó más que claro que la música es para divertirse, eso sí, sin dejar de ser quien eres. “Yo creo que más que nada, la idea de esta canción era pasársela bien, yo no hago más que repetírmelo, creo que hay que divertirse en la música, porque la música está para que nos divirtamos y nos olvidemos de los problemas”.