Tras la visita de Kamala Harris y las controversias sobre el T-MEC, ¿México ha logrado mantener en buenos términos la relación diplomática con Estados Unidos?
Graciela Gaitán
Senadora por el PVEM
A principios de la semana pasada, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, realizó su primera vista oficial a nuestro país, con la finalidad de fortalecer la relación bilateral entre ambos países y tratar diversos temas como el tráfico de armas, el repunte del fentanilo al país del norte, la migración y el TMEC, reuniéndose para tales efectos con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Con motivo de la firma del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, nuestro país adquirió diversas obligaciones, entre ellas, hacer reformas y adecuaciones importantes a los marcos normativos en materia laboral, lo cual llevamos a cabo tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, actuación que, precisamente, fue reconocida por parte del gobierno de Estados Unidos, destacando que se ha logrado un progreso importante al aprobar reformas laborales para promover los derechos de los trabajadores y adecuarlos con dicho tratado, así como que dicho país está apoyando la implementación. La vicepresidenta hizo alusión a la reunión que sostuvo con líderes sindicales en México para expresarles su solidaridad “porque cuando los trabajadores son fuertes, nuestras economías son fuertes”. Por lo anterior, considero que nuestro país ha logrado mantener una buena relación bilateral con Estados Unidos y, en la medida en la que se sigan respetando al pie de la letra los principios fundamentales que rigen la vida internacional de los países, la relación bilateral entre México y el país vecino del norte, seguirá siendo positiva.
Nuvia Mayorga
Senadora por el PRI
México ha hecho todo lo posible para dinamitar la relación con nuestros vecinos del norte. En contraparte, las autoridades estadounidenses, un poco por su pragmatismo, pero mucho por su capacidad de análisis que les permite dimensionar la importancia de la relación con nuestro país, han tendido puentes y han buscado por todas las formas establecer una comunicación directa y funcional para resolver los temas que siempre han sido prioritarios. A cada oportunidad que se ha tenido contacto con el presidente o la vicepresidenta, los desplantes, las declaraciones desafortunadas y las amenazas, han ido desgastando una relación que no nos conviene verla quebrantada.
La cancelación de la visita de Kamala Harris al Senado de la República sentó un pésimo precedente y demostró que el partido mayoritario es reacio a las críticas desde la diplomacia. Si la relación se ha mantenido en buenos términos es gracias a la soberanía de Estados Unidos que ha mandado mensajes claros para invitar a sus pares latinoamericanos a evitar conductas abusivas, coactivas, coercitivas y autoritarias para sectores tan importantes como las organizaciones no gubernamentales que han señalado con claridad los fallos de la administración actual en materia de corrupción, seguridad y respeto a las instituciones. Debemos entender que más allá de posturas políticas, EU es nuestro principal socio comercial y, más importante aún, compartimos una frontera que genera una cantidad impresionante de problemas migratorios en los que debemos coadyuvar desde nuestra independencia y respeto a los derechos humanos.
Indira Kempis
Senadora por MC
La semana pasada fuimos testigos de una pequeña gira de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, quien se reunió con el presidente López Obrador en Palacio Nacional; en donde, según informes de las dos partes, se estableció una ruta crítica para tratar algunos temas urgentes y muchos otros para el beneficio bilateral. La relación entre México y Estados Unidos tiene acuerdos y esfuerzos históricos y crónicos, así como dificultades permanentes que tienen que tratarse constantemente para el beneficio de los países y sus ciudadanos. Se anunciaba con anticipación que durante esta gira se tocaría el tema migratorio, ya que ha sido el primer dolor de cabeza de la administración de Joe Biden y la vicepresidenta marcó una línea muy clara en su visita a Guatemala: “¡No vengan!”. También se esperaba que se tratara con un tono más serio el tema laboral que México ha estado manejando al margen de lo acordado en el T-MEC y que ha inquietado a más de un inversionista americano, no por otra cosa sino por la necesidad de la protección de los derechos laborales en las operaciones amparadas por dicho acuerdo comercial. Washington emitió un comunicado en donde se compromete a trabajar con México en el tema de seguridad. Informó que se establecerán diálogos a nivel gabinete para generar una respuesta conjunta ante la presencia del crimen organizado de los dos lados de la frontera y, de la misma manera, trabajar en la reducción de homicidios y las muertes relacionadas con el tráfico de drogas en la región. Por su parte, México destacó la reactivación del Diálogo Económico de Alto Nivel activado en 2013, entre otros temas.
Mónica Fernández
Senadora por Morena
Pese a la brevedad de la visita de la vicepresidenta de Estados Unidos a México, la cual duró unas cuantas horas, pudo desarrollarse una amplia e intensa agenda para seguir avanzando en las relaciones entre los dos países. Ello refleja el mutuo interés que hay para resolver los asuntos que afectan la región y encontrar opciones en temas tan relevantes como la migración, el desarrollo o la seguridad en el marco del respeto de los derechos humanos y el mejoramiento de las condiciones de vida en Centroamérica y en toda la región. Sin duda, fue una reunión fructífera en la que se trataron cuestiones de cooperación, pero
con un enfoque humanista esencialmente. Por ejemplo, se firmó un memorándum por el que Estados Unidos aportará en los siguientes años 130 millones de dólares para que México lleve a cabo reformas que se requieren para proteger los derechos de los trabajadores en el contexto del T-MEC. De igual forma, se fortalecerá la comunicación y el apoyo para combatir de manera efectiva una situación inadmisible que viven hoy en día mujeres y menores, como es la trata de personas. A diferencia de otros tiempos en los que las relaciones entre gobiernos estaban basadas principalmente en temas económicos, la visita de la señora Harris permitió dar un giro al entendimiento al atender asuntos prioritarios que se traducirán en acciones concretas para elevar la calidad de vida de nuestro pueblo. La trascendencia del encuentro de trabajo radica precisamente en que se lograron beneficios concretos para las y los mexicanos.
Kenia López
Senadora por el PAN
Sin duda, la visita de la vicepresidenta de EU, Kamala Harris, a nuestro país el pasado 8 de junio, dejó clara la abismal diferencia entre las visiones de desarrollo que ambas naciones poseen. Mientras el presidente Biden prioriza y apoya el uso de energías limpias, el presidente López Obrador insiste en apostar por energías sucias. Es claro que la reforma en materia energética, aprobada por los legisladores del grupo mayoritario, no respeta los acuerdos establecidos en el T-MEC y reinstaura monopolios deficientes encabezados por el Estado (CFE y Pemex). Este fin de semana, el Grupo de los Siete (G7) dio a conocer un compromiso denominado Pacto por la Naturaleza, cuya finalidad es disminuir las emisiones de carbono a través de la eliminación progresiva de los automóviles que utilizan gasolina y diésel para 2030 en esos países. Otro tema complejo entre ambos países es el supuesto apoyo de EU a organizaciones no gubernamentales (ONG) y que desde Palacio se solicitó suspender el “financiamiento” a “un grupo opositor”, a lo que la vicepresidenta Harris respondió que dejaran “hacer su trabajo” a las ONG sin interferencias. El tema migratorio es un asunto de la mayor preocupación en EU y aquí parece no ser tomado en cuenta ni es visibilizado, aun cuando se siguen cometiendo graves violaciones a los derechos humanos de los migrantes, ya sea por la delincuencia organizada o por las mismas autoridades.