3 PREGUNTAS A...
Arturo Sánchez
1 ¿Qué opina de la reforma electoral del presidente López Obrador?
— Fue muy curioso, porque dijo que él no se iba a quedar con las ganas de mandarlo, aunque los diputados no lo aprobaran. Yo creo que hay muchísimo que discutir antes, porque se requiere una reforma constitucional. Esta propuesta de eliminar los plurinominales me parece bastante ilógica en muchos sentidos. El hecho de que la Cámara de Diputados tenga 500 diputados y no 300 implica también una mejor división del trabajo legislativo. Por eso es que tenemos tantas comisiones y se pueden atender tantos asuntos, porque hay suficientes diputados representando a todo el país que pueden encargarse de este tipo de trabajo. La representación proporcional se inventó para darle cupo a las minorías, a todos los partidos políticos, y ese es el objetivo de un esquema de representación proporcional.
2 ¿Es necesario reformar 2 al INE?
— El presidente hizo un cambio en relación con lo que había dicho anteriormente, que era trasladar el INE al Poder Judicial. Ahora contesta que se puede quedar así, pero garantizando que sus consejeros sean independientes. Eso llevaría a dejar al INE como está y encontrar un camino que satisfaga a todos para nombrar consejeros electorales. A mí me parece que no es necesario. Ya se ha probado –a lo largo de bastantes rondas– que los consejeros electorales pueden comportarse adecuadamente y pueden votar sin seguir la línea de un partido político. Eso es lo que yo creo que conviene. Siempre se podrá perfeccionar un sistema de selección de consejeros electorales.
3 El presidente señala que México tiene las elecciones más caras del mundo. ¿Lo cree así?
— A mí lo que me preocupa es qué se entiende por más barato. Seguramente habrá algunas áreas de oportunidad ahí para gastar menos recursos. Lo que no me parecería es que, por ejemplo, el Registro Federal de Electores –uno de los grandes costos del INE– dejara de ser parte del instituto y pasara a otra institución. Eso creo que no le daría fortaleza a nuestra democracia. Si se quiere que se gaste menos haciendo cambios en la ley y que, por ejemplo, haya menos medidas de seguridad en el papel o algo por el estilo, podría ser buena idea, siempre y cuando los partidos políticos estén de acuerdo. Sin embargo, lo que no se debe perder en ningún momento es la certeza de que las elecciones se realicen limpia y transparentemente a satisfacción de todos los partidos políticos.