Despertar vocaciones científicas
La ciencia está en todo: en las texturas que tocamos, en los colores que observamos, en el clima que experimentamos. Es importante que los niños sepan que la ciencia los llevará a conocer fenómenos más allá de lo que perciben a simple vista
Médico, bombero, policía, panadero, veterinario, profesor… son algunas de las profesiones y oficios que, siendo niños, pensamos que podemos desempeñar cuando seamos mayores.
Pero, ¿cómo mostrarles desde ahora que podrían ser científicos? Lo mejor, sin duda, sería acercarlos desde pequeños a la ciencia, despertando la curiosidad innata en ellos y demostrándoles que puede ser divertida e interesante; podrían aprender que los temas “difíciles” no lo son tanto y que la ciencia está presente siempre en su vida cotidiana.
Desde la educación primaria, los niños deberían estar expuestos al conocimiento científico, de un modo lúdico y divertido; una manera de hacerlo son los museos de ciencia, lugares extraor- dinarios para provocarles a los pequeños “cosquillas en el intelecto”, expresa José Franco López, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM.
El también coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico considera que todos los niños que cursan educación básica, además de visitar los museos científicos, deberían participar en actividades que los acerquen al mundo de la ciencia, como “la Noche de las Estrellas”, que se lleva a cabo cada año y que es organizado entre otras instituciones, por la Universidad Nacional. En esta noche astrónomos tanto profesionales como aficionados guían al público en la observación del cielo con telescopios.
La UNAM también organiza cada año la Fiesta de las Ciencias y las Humanidades. En este evento, estudiantes de licenciatura y bachillerato hablan directamente con investigadores para conocer el impacto social de sus proyectos científicos.
Si observamos que un niño desde pequeño siente deseos por descubrir su entorno, por averiguar que hay más allá de lo que ven sus ojos, debemos alentarlo, motivarlo a que profundice en ese conocimiento para que experimente las maravillas del mundo.
Por último, José Franco comenta que la ciencia, además de ser una extraordinaria forma de conocer todo lo que nos rodea, “es el sistema más poderoso que tenemos para comprender el mundo y para resolver los problemas a los cuales nos enfrentamos”.