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“Si no estoy de gira, no me siento feliz”: Ramón Ayala no piensa en el retiro

- Tere Aguilera

Actualidad. Con más de 60 años de carrera, Ramón Ayala no piensa en el retiro de los escenarios, tiene nuevo álbum de canciones inéditas y uno de colaboraci­ones en mente

Ramón Ayala, es la figura más emblemátic­a de la música norteña. El rey del acordeón, como es conocido, sorprendió con el nombre de su gira 2024: El principio de un final, prendiendo las alarmas ante un posible retiro de la música luego de más de seis décadas; sin embargo, para eso tiene una explicació­n. Ayala de 78 años, es un referente para los artistas del género, incluso, para las nuevas generacion­es; desde Alfredo Olivas hasta Peso Pluma hacen homenajes en el escenario a quien ha grabado 114 álbumes. Ramón Ayala y sus Bravos del Norte se encuentran en medio de una gira que recorrerá 50 ciudades de Estados Unidos y otras tantas de México; además, han comenzado a lanzar los sencillos de su nueva producción de temas totalmente inéditos, lo que mantiene más activo que nunca a su líder.

¿Cómo le haces para levantarte con entusiasmo cada día, 61 años después?

— Me anima saber que hay mucho público que nos sigue, tanto en México como en Estados Unidos, que llenan nuestros conciertos y que esperan nuestra música nueva.

Cuando comenzaste en la música, ¿soñabas con llegar a este punto en donde estás?

— Yo soy músico desde los 5 años, a esa edad ya tocaba el acordeón y trabajaba con mi papá en un grupo en Monterrey, soñaba con seguir haciendo lo que hacía y nada más.

¿Recuerdas la primera grabación profesiona­l que hiciste?

— Si, fue en 1963 una canción llamada Ya no llores, y fue tanto el éxito, que nos abrió las puertas a Ramón Ayala y Cornelio Reyna, mi compadre querido, éramos Los Relámpagos del Norte, así estaríamos hasta 1971.

Los Relámpagos del Norte son un referente. ¿Qué significa para ti haber sentado las bases para tantas generacion­es?

—Cornelio y yo nos conocimos a los 14 años, así que éramos como hermanos, eso hizo que nos compenetrá­ramos y transmitié­ramos mejor nuestra música al público.

¿Tienes alguna anécdota con

Cornelio Reyna que recuerdes de manera especial?

— Cuando comenzamos, Cornelio era el que hacía los contratos; una vez en una sola noche prometió tres eventos: llegamos al primero, al segundo no llegamos y al tercero llegamos cuando la gente ya se iba a sus casas, nos reconocier­on y nos lanzaron piedras a las camionetas, desde ese momento decidimos que alguien nos representa­ra y un amigo se ofreció a hacerlo, era Servando Cano.

¿Servando Cano quien se convertirí­a en uno de los representa­ntes más importante­s de la música regional mexicana?

— Así es, él trabajaba como cajero en el Banco Nacional de México en Reynosa, Tamaulipas, se ofreció a ser nuestro representa­nte y aceptamos. Nos fuimos a México a firmar los contratos para que todo estuviera bien hecho y legalmente.

¿Con tantos éxitos, hay alguno que sea muy especial para ti?

— Hay una a la que le tengo un cariño especial se llama Mi Golondrina porque fue de las primeras que grabé, pero Un rinconcito en el cielo es muy importante en mi historia.

¿Porqué se separaron Cornelio Reyna y Ramón Ayala?

— No hubo ningún problema, siempre nos llevamos bien, lo que sucedió es que él quiso probar suerte en México cantando mariachi, además de actuar en películas.

¿Se dio alguna oportunida­d de reunirse con Reyna antes de su muerte en 1997?

— En 1975 regresó a Estados Unidos y me pidió que hiciéramos una gira como Los Relámpagos del Norte, lo que le propuse fue salir primero al escenario yo con Los Bravos del Norte, y a mitad del show los dos como Los Relámpagos. Pudimos

hacer dos giras así pero él ya estaba muy enfermo, regresó a México y allá falleció.

¿En tu carrera te ha tocado vivir momentos difíciles?

— Si, ha habido algún momento difícil, pero han sido más los buenos momentos y los éxitos, afortunada­mente.

El nombre de la gira El principio de un final causó revuelo. ¿Es la gira de despedida ?

— Así nombramos a la gira de este 2024, nada más. El final no sabemos cuándo será, yo me siento muy bien, así que a menos que Dios tenga planeada otra cosa, seguiremos adelante.

¿Has pensado en dejar la música y ser abuelo de tiempo completo?

— No para nada, convivo mucho con mis hijos y nietos . Por ejemplo, antes de iniciar esta gira estuve enseñándol­e a los niños a darle biberón a los chivitos recién nacidos en mi rancho. Lo de abuelito es solo por momentos.

Durante la pandemia murió tu hermano José Luis, baterista del grupo. ¿Fue una doble pérdida?

— Fue algo muy fuerte para mí, eran los comienzos de la pandemia, no había vacunas y se fue mi hermanito. Después de eso hablé con su hijo José Luis Ayala Jr., quien es muy buen músico y ya está muy acoplado a nosotros.

¿Los demás integrante­s aportan ideas a la agrupación?

— No. Yo les digo cómo quiero que se hagan y escuchen las cosas, así hemos funcionado muy bien, la prueba es la respuesta del público después de tantos años.

¿Además de llevar la gira por Estados Unidos, también llegará a México?

— Claro que sí, más adelante daremos las fechas de ciudades como Hermosillo, Tijuana, Ensenada, Culiacán, Ciudad de México y Monterrey, en donde me harán un homenaje en la Macroplaza.

¿Tienes planeado algún álbum de colaboraci­ones?

— Si, vamos a grabar varios de nuestros éxitos con otros artistas. Yo ya participé en un disco celebrando la trayectori­a de Leo Dan, y alguna vez hice un dueto con Lupillo Rivera acompañado por banda sinaloense. También quiero adelantar que viene otro con Los Rieleros del Norte que ya está grabado.

Como ícono de la música norteña, ¿qué opina de los artistas jóvenes?

— Me gusta mucho ver cómo algunos le tienen mucho respeto a la música norteña y al acordeón, lo tocan excelentem­ente como Edén Muñoz o Alfredo Olivas.

¿Has pensado en retirarte?

— Claro que no, ahora me encuentro en perfectas condicione­s, si no toco y ando de gira, no me siento feliz y pleno.

 ?? / CUARTOSCUR­O ?? Anécdota. Su primer acordeón lo tuvo a los 5 años, fue un obsequio de su padre.
/ CUARTOSCUR­O Anécdota. Su primer acordeón lo tuvo a los 5 años, fue un obsequio de su padre.

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