¿LA ACTUACIÓN DEL PRESIDENTE Y LOS GOBERNADORES DE LOS ESTADOS AFECTADOS POR LOS SISMOS DEL 19S Y 7S, HA SIDO ADECUADA FRENTE A LA CRISIS?
El terremoto de la mañana del jueves 19 de septiembre que fue catastrófico para la Ciudad de México, reveló la solidaridad de la sociedad mexicana pero también reflejó -de nueva cuenta un gobierno rebasadoque no da certidumbre sobre su actuación en casos de crisis; pero sobre todo, autoridades locales profundamente afectadas por la corrupción. Los capitalinos fueron al mismo tiempo víctimas y héroes. Hoy, las dudas sobre el proceso de reconstrucción y la entrega efectiva de apoyos a quienes perdieron sus viviendas son simplemente enormes.
La dura experiencia de 1985 impulsó diversas medidas en materia de protección civil y de construcción; los simulacros se hicieron frecuentes y se desarrolló el Sistema de Alerta Sísmica de la Ciudad de México en 1991. Sin embargo, los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, reflejaron que esos esfuerzos aún son perfectibles.
Según información de El Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, el gremio de la construcción es el más propenso a corrupción, lo que se refleja en precios altos de venta, incertidumbre en la calidad de los materiales e incumplimiento de las reglas de construcción. Entre los edificios que colapsaron en la Ciudad de México el pasado 19 de septiembre, encontramos construcciones con menos de 30 años de antigüedad, entre las que destacan el anexo de la Escuela Rébsamen en la delegación Tlalpan.
Además, diversos edificios afectados en el sismo de 1985 y que debían ser demolidos, simplemente fueron “reparados” pero hoy representan un peligro para las casas aledañas. Tal es el caso de la sede del Sistema Nacional de Empleo en la avenida Cuauhtémoc 614, en la colonia Narvarte, que en 2005 fue marcado con daños estructurales pero que en 2013 la Secretaría de Trabajo decidió ocuparlo.
Es importante que las autoridades asuman su responsabilidad no sólo frente a la atención de los afectados por los sismos, sino que sean demolidos cuanto antes los edificios con daños estructurales para evitar que afecten a edificios vecinos.
Como mexicanos debemos sentirnos muy orgullosos de nuestras fuerzas armadas pues desde el primer momento se abocaron a las tareas de búsqueda y rescate en los edificios colapsados, no sólo en la ciudad, sino en los estados golpeados. Un elemento positivo a destacar fue la coordinación entre las autoridades capitalinas y federales que envió un mensaje a los ciudadanos de unión y trabajo en equipo en un momento complicado.
En la reunión del Presidente de la República con miembros de la Conferencia Nacional de Gobernadores y del sector empresarial, la gran ausente fue la sociedad civil que ni siquiera fue mencionada pese a haber tenido un rol protagónico.
La capacidad de liderazgo se pone a prueba en situaciones de emergencia como las que experimentamos los mexicanos en días pasados.
Dadas las características de cada zona afectada, los gobernadores atendieron a sus poblaciones en función de las necesidades más apremiantes.
En Oaxaca, por ejemplo, el gobernador Alejandro Murat identificó que el problema más grave era auxiliar a comunidades lejanas, de ahí que los puentes aéreos fueron una solución para hacer llegar apoyos.
El gobernador Manuel Velasco de Chiapas puso énfasis en la coordinación con instituciones federales para delinear mecanismos que transparentaran y dieran certeza a la sociedad en el uso adecuado de los recursos que se destinaron para atender a los damnificados y, en especial, al sector agrícola.
En Guerrero, Héctor Astudillo al igual que Murat y Velasco llevó a cabo recorridos en zonas afectadas para tener cifras aproximadas de las viviendas derrumbadas. Coordinó el restablecimiento de los servicios de suministro de agua y electricidad e informó sobre el estado de la infraestructura educativa. El gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo anunció inmediatamente después del sismo que entrarían en operación todos los protocolos de emergencia y apoyos de su gobierno a los familiares que habían reportado pérdidas humanas por derrumbes. Dio a conocer ubicación de albergues y centros de acopio para auxiliar a las poblaciones más necesitadas.
En Puebla, el estado donde se presentó el mayor número de muertos después de la Ciudad de México y Morelos, el gobernador Tony Gali anunció que se crearía una bolsa por parte de su gobierno para atender la emergencia y entregar de manera directa los apoyos.
En Morelos la crisis superó al gobierno de Graco Ramírez, quien acaparó despensas presuntamente con fines políticos. Realizó entregas tardías de éstas a los ciudadanos, quienes denunciaron el desvío de las ayudas hacia bodegas del DIF estatal.
Por lo que hace al Presidente de la República, debe admitirse que actuó con responsabilidad y capacidad probada. Hizo recorridos en los estados afectados, ha estado todo el tiempo al frente de este infortunio, tomó decisiones y presentó un plan preciso para mitigar efectos del sismo y para superar la crisis mediante tres etapas: rescate, elaboración de censos y reconstrucción.
La eficacia y transparencia con la que se logre la reconstrucción será un parámetro con el que los ciudadanos medirán a sus gobernantes el día de mañana.