A un siglo de la Revolución Rusa, los rusos no la quieren
Ni la gente ni el Kremlin recuerdan con cariño la Revolución bolchevique. Tampoco creen que sea necesaria una revolución hoy. Las figuras de Stalin y Lenin son cada vez mejor valoradas entre la población. ¿Cuál es el legado de la Revolución rusa en el paí
Ni el Kremlin ni la gente cree que una revolución como la de hace cien años. La Revolución bolchevique del 7 de noviembre de 1917, la más influyente del siglo XX y que sentó las bases de la creación de la Unión Soviética, sea necesaria hoy en Rusia. Con motivo del centenario de la revolución de octubre, el Centro de Estudios de la Opinión Pública (TsIOM) arrojó que un 92% de los rusos opina esto. Y un 61% afirmó que no sería posible llevarla a cabo.
En la Rusia de Vladimir Putin, cualquier signo de revolución es controlado incluso antes de que se produzca. Implacable con las revoluciones, como demuestran las últimas experiencias en Kiev (Ucrania) en 2014 y en Tsibili (Georgia) en 2008, para Putin el centenario de la Revolución bolchevique es, al menos, incómodo.
Aún así, la hoz y el martillo sigue estando presente en los edificios gubernamentales. Y también en las embajadas, como en la de Berlín. Aún así, Putin aseguró hace algunos años que la disolución de la Unión Soviética fue “la mayor catástrofe geopolítica del último siglo”. Y al mismo tiempo, inaugura frente al edificio Lubianka (la ex sede de la KGB), a pocos días de la fecha, un memorial por las víctimas del estalinismo. El Muro del Dolor.
Putin, nacido en Leningrado y formado en la policía secreta soviética KGB en la cual llegó a ser teniente coronel, y luego director de la FSB, institución que heredó toda su estructura después de la caída de la Unión Soviética, lidera desde el año 2000 el renacimiento de su país. El himno actual de la Federación rusa es alegórico: a la misma música
“Los rusos siguen apreciando las políticas de vivienda, salud y educación pública de la Unión Soviética” Ivan Katchanovski, experto en política rusa de la Universidad de Ottawa, Canadá.
del de la Unión Soviética, sólo se le cambió la letra.
Ha armado en Rusia, al igual que le tocó en el FSB, una renovación manteniendo algunas estructuras autoritarias con aspectos democráticos, como el sistema multipartidario. Así, creó un sistema híbrido a cambio de una mejor calidad de vida para los ciudadanos rusos. Y un recobro de la importancia del país en la política internacional.
Más que un comunista, Putin es principalmente un funcionario, un burócrata. Así lo explica la periodista Masha Gessen en su libro El Hombre sin Rostro. El Sorprendente Ascenso de Vladimir Putin.
“Una de las principales razones por las cuales Putin no quiso conmemorar la Revolución bolchevique es que el actual presidente de Rusia no es comunista”, explica a Publimetro Ivan Katchanovski, experto en política rusa de la Universidad de Ottawa.
“Él fue miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética mientras sirvió como agente de la KGB en Alemania Oriental, pero después de la caída del Muro de Berlín durante la perestroika de Gorbachov, se unió al gobierno civil de los reformistas liberales guiados por Anatoly Sobchak en Leningrado y renunció a sus creencias comunistas”, agrega.
Hoy en día, Putin considera a la Revolución de octubre un factor divisorio para la sociedad rusa. Además, le preocupa que su conmemoración pueda envalentonar movimientos opositores. Como a Artpodgotovka, una agrupación fundada por Viacheslav Maltsev y en la que hay seguidores del político Alexéi Navalni, opositor a Putin.
Pero el principal partido de oposición a Putin es el Partido Comunista de Rusia. Los comunistas son el segundo partido con más representación en la Duma, el parlamento ruso, con 42 escaños sobre 450. El partido oficialista, Rusia Unida, cuenta con 343 escaños.
“Los comunistas llevaron a cabo una conmemoración del centenario de la revolución. Pero una conmemoración oficial de parte del gobierno hubiese levantado protestas desde los nacionalistas hasta la oposición liberal”, dice Karchanovski. Cosa que a Putin no le gusta nada.
Stalin y Lenin, más populares entre los rusos
En las últimas semanas, se han llevado a cabo en distintas ciudades de Rusia manifestaciones donde las fotografías de Lenin, Stalin y pancartas con consignas revolucionarias han destacado. Además, la bandera roja con la hoz y el martillo, principal símbolo de la Unión Soviética, ha vuelto a flamear en público.
Según el Centro de Estudios de la Opinión Pública (TsIOM), las opiniones favorables de Lenin, el padre de la Revolución rusa, y de Stalin, el máximo responsable de las matanzas ocurridas en la terrible década de los años 30, han aumentado. Mientras un 53% de los ciudadanos tiene buena opinión de Lenin, un 52% la tiene de Stalin. En 2005 un 50 por ciento la tenía de Lenin, y un 37% de Stalin.
“Las encuestas muestran que si es que la mayoría de los rusos expresan opiniones favorables hacia Lenin y Stalin no es porque simpaticen con las ideas comunistas ni con la Revolución bolchevique, sino que es por sus consecuencias”, explica Katchanovski.
“Ellos asocian esta revolución y a los dictadores comunistas soviéticos con el giro de la Unión Soviética hacia un papel protagónico internacional y económico. Y con sus políticas como la de vivienda, salud y educación pública”, agrega. Es por esto que muchos rusos aseguran haber estado mejor durante la época soviética que durante la actualidad.
“Además, Stalin es acreditado por muchos rusos por haber ganado la Segunda Guerra Mundial”, dice Katchanovski.