ENTREVISTA
¿La posición que tomarán ambos llevará a una paz duradera?
— Depende de los pasos concretos en los próximos meses y años. La declaración firmada por el presidente Trump y Kim Jong-un es demasiado general y vaga. Carece de sustancia. Por lo tanto, es demasiado pronto para concluir si marcará el comienzo de una nueva era de paz. Pero, la posibilidad es mayor que antes. Las acciones de ambos países, particularmente de Corea del Norte hacia la desnuclearización, determinarán el rumbo.
¿Qué acciones deben hacer ambos países para convertir las palabras expresadas en realidad?
— La primera acción que demostrará el compromiso con la desnuclearización es el acceso irrestricto de los inspectores internacionales a todos los sitios nucleares en Corea del Norte. No olvidemos, anteriormente, Corea del Norte ha engañado a la comunidad internacional sobre su programa de armas nucleares. Comprensiblemente, la desnuclearización es un proceso largo, pero debe haber un calendario y un proceso verificable. El presidente Trump dijo que Kim aceptó ser verificado. Estados Unidos ya acordó detener los “juegos de guerra” con Corea del Sur, una gran concesión.
Donald Trump describió su reunión con Kim Jong-un como “muy, muy buena”. Pero en otras ocasiones se ha expresado muy bien de alguien y minutos después cambia totalmente el discurso. ¿Podría ser ésta una ocasión similar?
— Durante todo el día hemos visto que Trump ha elogiado efusivamente a Kim. Él lo ha descrito como “una persona talentosa”. Si bien anteriormente vimos a Trump dar vueltas en U en muchos asuntos y en muchas personas. No creo que pueda hacer un cambio de sentido después de la cumbre. Sin embargo, Trump es una persona impredecible.
Esta reunión marca el final de un ciclo y el comienzo de otro ¿Qué fue lo que concluyó y qué comenzó?
— Éste fue un momento histórico. Rompe el ciclo de la retórica beligerante y las amenazas angustiosas de Estados Unidos y Corea del Norte. Ha abierto la puerta a nuevas oportunidades. Que la oportunidad se materialice dependerá de los esfuerzos sinceros de ambas partes. No hay duda de que, a partir de ahora, Corea del Norte y su líder han ganado más. Un líder solitario de un régimen totalitario ahora está siendo tratado como un socio igualitario y un pacificador, y eso también sin hacer ninguna concesión diplomática o militar.