ENTREVISTA
¿Cuál es la lectura que le das a estas cifras?
— Como ya lo hemos dicho, el problema que estamos viendo de violencia en este momentos no sólo se refiere a la cantidad de delitos que se cometen, sino también a la atomización en el territorio nacional.
Hace seis años, cuando estaba terminando el sexenio de Felipe Calderón, el homicidio venía con un comportamiento reducido a la baja y la violencia se encontraba localizada en siete entidades, hoy hay aproximadamente 25 o 26 entidades que dieron un crecimiento sustancial, particularmente de delitos como homicidio, extorsión, robo de vehículo, robo a negocio, es decir, hay un problema mayor relacionado con la incidencia delictiva.
En particular sobre el homicidio, sigue habiendo una parte importante relacionada con delincuencia organizada y tiene que ver con el tráfico trasiego y la venta de drogas, pero también otras formas que han generado mucha descomposición y violencia.
¿Cuál ha sido el papel de las autoridades, qué ha hecho falta?
— El problema no es nada más del actual gobierno federal, el problema son los gobiernos en su conjunto: tanto el federal, como los locales. Ha habido una negligencia sostenida de los gobiernos locales para generar instituciones de seguridad capaces de enfrentar delitos que pueden ser comunes, pero que terminan en homicidio y en eso, evidentemente, estos gobiernos –liderados por el gobierno federal– van a dejar los peores números en la historia de México. Con base en los números oficiales nosotros hicimos la estimación de que 2018 terminará como el año más violento superando lo que ya vimos en 2017 con un incremento de homicidio doloso con un rango que va de 5.5% a 15%, veremos una situación muy grave.
El gobierno entrante deberá centrarse, primero, en responder con puntualidad los retos que ya existen, segundo, implementar una política de prevención por encima de la reacción; diferenciando entre la prevención policial, la prevención de la violencia social y de otras formas de descomposición que evidentemente han puesto en jaque al país y, finalmente, en la construcción de instituciones.