PIERDE EL FUTBOL
El Clásico 117 lució trabado y con poco futbol entre Tigres y Rayados, en un encuentro manchado por la violencia previo al partido
Sin hacerse daño en la cancha, el Clásico 117 terminó en empate; sin embargo, previo al encuentro, los ánimos se caldearon y se suscitó una riña entre aficionados sobre la avenida Aztlán, donde un hincha tigre quedó herido de gravedad a manos de un seguidor de la Pandilla, hecho condenado de manera generalizada.
Todo estaba listo para que el Clásico 117 fuera una fiesta en el Volcán, pero desafortunadamente una riña entre pseudoaficionados de Tigres y Rayados entristeció el ambiente.
En la riña campal que tuvo lugar la tarde de este domingo, quedó herido de gravedad un hincha de los Tigres. La noticia corrió rápidamente en los minutos previos al inicio del partido.
En las gradas los aficionados estaban atentos al celular. Saber todas la novedades sobe la riña se apoderó del público, que desde temprana hora comenzó a llegar a las gradas del Volcán.
Mientras, en la cancha los equipos se preparaban para disputar el orgullo y los tres puntos, pero al final empataron a cero goles.
Ninguna de las dos escuadras quiso regalar espacios al rival. Rayados salió con línea de cinco, para contrarrestar a los felinos.
En tanto que Ricardo Ferretti hizo lo propio al no arriesgar el duelo y reforzó su defensa con Juninho, un jugador experimentado en Clásicos.
Apenas se jugaban 7 minutos del partido y al Monterrey le comenzaba a cambiar el panorama del encuentro. José María Basanta se resintió de la lesión que sufrió la semana pasada y tuvo que dejar su lugar a César Montes. Los esfuerzos del Chema por recuperarse para el Clásico, sacrificándose en el partido contra Chivas, de poco sirvieron.
En tanto, Tigres se acomodó pronto en su cancha y comenzó a trabajar el gol. La primer campanada de peligro la puso André-Pierre Gignac, pero su remate se fue por un costado de la portería de Barovero.
Los primeros 45 minutos se jugaron en la cancha albiazul. Rayados hizo poco para buscar el gol, incluso Nahuel Guzmán no tuvo problemas en la primera mitad.
Las alarmas se prendieron de nueva cuenta en Rayados, cuando Rodolfo Pizarro se tiró al piso por una dolencia. El delantero pudo continuar el partido, pero al medio tiempo fue sustituido por Jesús Gallardo.
En la segunda parte del derbi 117, la balanza se niveló al inicio. Pero la entrada de Eduardo Vargas revolucionó el ataque felino.
La Pandilla quemó su tercer cartucho, Rogelio Funes Mori dejó su lugar a Guillermo Madrigal; sin embargo, las cosas siguieron complicadas para el Monterrey.
Marcelo Barovero estuvo en problemas en dos ocasiones. Una de ellas cuando Lucas Zelarayán remató con la cabeza, pero su intento se fue por un costado. En la segunda ocasión, el
Trapito se vistió de héroe al sacar el balón prácticamente de la línea de meta, tras un remate de Juninho.
Tras ese intento, Tigres perdió la brújula y parecía que ambos equipos firmaban el empate. Un tiro libre de Dorlan Pabón y centros sin rematador de Tigres, fueron los últimos intentos por buscar el gol.
Al final, ambos equipos se conformaron con el punto y el Clásico 117 se fue sin goles.
En tanto, los reportes médicos del aficionado que resultó herido previo al partido daban cuenta de su estado crítico luego de salir de cirugía en el Hospital Universitario.