ALEJANDRA LAGUNES
La intención de terminar con el robo de combustible en nuestro país es, sin duda, una que apoyamos. Sin embargo, la estrategia liderada por el gobierno para llevarla a cabo, y particularmente, la comunicación para dar a conocer esta estrategia, ha sido deficiente. Una estrategia de comunicación de gobierno – particularmente en estos casos– debe de ser capaz de brindar certidumbre y plantearse como meta informar efectivamente a la sociedad. Han transcurrido más de dos semanas y los consumidores de gasolina no tienen información sobre cuándo se normalizará la distribución. Tampoco existe información en tiempo real oficial y nacional que facilite el día a día de los afectados. Así, esta administración ha desaprovechado la oportunidad de incorporar datos abiertos y tecnologías digitales para acercar la información y mejorar el manejo de la situación. Por ejemplo, durante la administración anterior, en el contexto de la emergencia por el huracán
Patricia, se difundieron en el portal de datos 38 bases de datos estratégicas que permitieron la publicación de un mapa con las zonas declaradas en emergencia, la ubicación de los albergues y otra información relevante. Este mapa tuvo 500 mil visitas en 48 horas en gob.
mx y fue clave para la prevención y respuesta oportuna ante la emergencia. Hoy, el sitio central del gobierno no hace ni una referencia al abasto de gasolinas. La sociedad nos exige mayor y mejor información a través de canales de comunicación distintos, que brinden información en tiempo real y que permitan generar ciclos de interacción y colaboración. Lamentablemente, el gobierno federal no ha sido capaz de establecer estos mecanismos.