KENIA LÓPEZ
Presidente López Obrador, como ciudadana le digo: aguantamos no tener gasolina y estamos a favor de eliminar este delito, pero también necesitamos saber cuánto se ha avanzado y cuánto nos ha costado combatir el robo de gasolinas. La decisión de combatir el problema del
huachicol, sin un plan definido, ya va por su tercera semana. Las preguntas que surgen son: ¿cuántos detenidos hay por el robo de combustibles?, ¿cuántos burócratas de Pemex están en proceso o detenidos?, ¿existió alguna investigación previa de inteligencia para saber quiénes eran los funcionarios a los que se refirió el titular del Ejecutivo cuando anunció las acciones contra el huachicol? Pareciera que este gobierno sigue instalado en querer ser el gobierno de las ocurrencias, pues la estrategia presentada el pasado 27 de diciembre no tiene pies ni cabeza. Se habló de remover a funcionarios en espacios estratégicos en Pemex, incluso de denuncias y de eliminar la corrupción, pero en ningún momento se refirió al desabasto, las medidas que se implementaría para controlarlo y que los más de 10 estados que lo padecen no vieran afectada su economía. Sabemos de los intentos de otros gobiernos por liquidar Luz y Fuerza del Centro, planes elaborados durante varios meses por grupos de especialistas en inteligencia y seguridad pública del país, que no pudieron ser ejecutados por los costos que implicaban; en el sexenio de Calderón, se llevó a cabo un trabajo de inteligencia de aproximadamente un año, en el que hubo infiltrados dentro del Sindicato y la toma simultánea de casi 300 instalaciones estratégicas. Por su parte el actual titular del Ejecutivo tomó la decisión de combatir el huachicol basado en su dicho “me colmaron el plato”, repitiendo las ocurrencias sin medir consecuencias, confiando en su popularidad y el respaldo de un buen porcentaje de la población que empieza a dar indicios de hartazgo tras las absurdas medidas sugeridas como la carga de combustibles de acuerdo al programa Hoy No Circula.