El futuro de la carne está en el laboratorio
La carne cultivada en laboratorio no es algo desconocido; Publimetro investiga: ¿cuándo aparecerán estos productos en nuestros platos?
El consumo humano de carne ha sido criticado tanto por los ecologistas, que afirman que la ganadería contribuye a la generación de gases de efecto invernadero, como por las organizaciones de protección de los animales, que se oponen a la violencia con la que se trata y mata a estos seres.
A pesar de ello, la industria cárnica ha crecido y se espera que continúe haciéndolo en el futuro. Los datos más recientes publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) revelan que la cantidad media de carne consumida por persona en el mundo casi se ha duplicado en los últimos 50 años, pasando de unos 24.2 kilogramos en 1964 a 41.3 kilogramos en 2015, y se espera que alcance los 45.3 kilogramos en 2030.
Según los expertos, los niveles de producción de carne se volverán insostenibles en pocos años.
"A los ritmos actuales, la producción de carne y mariscos en todo el mundo se duplicará hasta alcanzar los 544 mil millones de kilogramos en 2050. Nuestro planeta no puede permitirse el lujo de suministrar el agua, el combustible, los pesticidas y los fertilizantes que requiere la producción animal industrializada", explicó a Publimetro Andrew Noyes, jefe de comunicaciones de JUST, empresa que crea carne de pollo y nuggets a partir de plumas.
El abuso animal es otro tema importante. Según la FAO, cada año se matan más de 70 mil millones de animales terrestres en todo el mundo para la producción de alimentos. La organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) afirma que la mayoría de estos animales mueren en condiciones terribles.
Por eso ya se están creando alternativas en la industria cárnica. Algunas empresas decidieron crear productos en los laboratorios para hacer frente a estos problemas y cubrir al menos parte de la demanda. Memphis Meat, de Estados Unidos, se convirtió en pionera al crear una hamburguesa de carne de res en el laboratorio en 2016.
"Queremos proporcionar un nuevo método de producción para un producto familiar que pueda, junto con los métodos de producción existentes, ayudar a satisfacer la demanda y alimentar al mundo de una manera sostenible", dijo David Kay, gerente de Comunicaciones y sostenibilidad de Memphis Meat.
Otro proceso innovador es utilizado por JUST, esta compañía estadounidense produce carne de pollo a partir de las plumas del ave, o con la ayuda de una pequeña biopsia, sin necesidad de matarlas. Después de obtener las líneas celulares, utilizan plantas para proporcionar nutrientes y hacerlas crecer. Con este procedimiento, JUST busca hacer más eficiente la producción de carne, reducir la contaminación y el maltrato.
"Con las plantas proporcionando nutrientes para que las células animales crezcan, creemos que podemos producir carne infinitamente más eficiente que los enfoques convencionales con una fracción de las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso del agua", afirmó Noyes.
Ambas empresas destacan que este tipo de producción de carne es más sostenible, reduce el espacio ganadero, mejora el bienestar de los animales e incluso tiene beneficios para la salud (al reducir el riesgo de enfermedades causadas por el consumo). Sin embargo, todavía hay muchos desafíos para que estos productos lleguen a nuestras mesas.
Tanto los representantes de JUST como los de Memphis Meat reconocen que el principal desafío es el alto precio de fabricación; sin embargo, confían en que pronto podrán reducir los costos y hacer que su producto sea asequible: "Nuestro enfoque principal en este momento es reducir nuestros costos de producción y aumentar la escala", confirmó Kay.
"Con el tiempo, seremos capaces de reducir el costo y un nuevo tipo de carne hecha de una manera segura y sostenible estará disponible para más personas en todo el mundo", añadió Noyes.
A pesar del impacto positivo de la carne cultivada en laboratorio, algunos sectores ganaderos, como la Asociación de Ganaderos de Estados Unidos, piden a las autoridades que tengan cuidado con el nombre comercial que se dará a dichos productos, y pide que quede claro que se trata de carne cultivada, porque los compradores podrían confundirla con la de los establos y las granjas.
Otras organizaciones temen que los nuevos productos provoquen la pérdida de puestos de trabajo.