EVA CLINIC
Voy a narrar la historia de vida de un joven extraordinario.
Julián nació de un kilo y ochocientos cincuenta gramos a las 33 semanas de gestación. Siete meses y una semana estuvo, junto a su gemela, en el vientre de su madre luchando por abrirse espacio, compartir comida y por no ahorcarse con el cordón umbilical.
Su rostro cabía en la palma de una mano. Permaneció en cuidados intensivos durante 17 días. Dolía el alma verlo tan pequeñito lleno de tubos y de cables de monitoreo.
Con mucha atención y cuidados, con dosis enérgicas de amor, se fortaleció convirtiéndose en un niño saludable, lleno de vida y feliz. Destacaba su curiosidad por saberlo todo, entenderlo todo y, desde que empezó a hablar, antes de los dos años, no paró de preguntar. Fue un chico como cualquier otro, pero su manera de aprender era distinta. En lugar de correr detrás de una pelota todos los recreos como sus compañeros, entraba a la biblioteca de la escuela. Aun así sus calificaciones no fueron sobresalientes. No hallaba el momento de que el tiempo de hacer tarea concluyera para salirse al jardín a divertirse. Aprendía jugando y leyendo más que de cualquier otra forma.
Algunos de sus maestros y otros tantos padres de familia no confiaban en sus habilidades. Uno incluso quiso bajarlo de nivel escolar un año para que se sintiera “en menor desventaja”. Su carácter cambió, evitaba el contacto visual, se mostraba menos sensible o afectuoso, retaba intelectualmente a cualquiera. Alguna vez él mismo trató de explicar sus nuevos rasgos pensando que quizá padecía el síndrome de Asperger. A pesar de lo anterior, la fiera defensa y la firme confianza que su madre tuvo siempre en él, lo mantuvieron con la cabeza en alto, seguro de sí mismo, en el nivel que le correspondía y con la autoestima suficiente para no darse por vencido.
De pronto dejó de ser niño y todos los aprendizajes adquiridos empezaron a manifestarse. Un talento tras otro comenzó a brillar. Destacó en sus calificaciones y desarrolló el gusto por retarse. En sus tiempos libres veía documentales y por la noche leía un libro de física, matemáticas o biografías de científicos; a los catorce años empezó a dar conferencias de astronomía; en la preparatoria se inscribió en el bachillerato más exigente y añadió todas las materias que pudo en nivel “superior avanzado” obteniendo excelentes calificaciones.
Una maestra lo alentó a inscribirse en un concurso de emprendimiento. Presentó la idea de crear un dispositivo para profesionalizar la autoexploración para la detección del cáncer de mama y ganó el concurso; después una beca para desarrollar el proyecto en la incubadora de negocios. Concursó también en el más exitoso programa de estudiantes emprendedores y ganó el primer lugar del mundo, convirtiéndose en el primer mexicano y en el más joven en lograrlo. Recibió la medalla Sol Azteca en innovación de manos del presidente del país en turno. Siguió ganando competencias y alcanzó la aceptación de ingreso en Y Combinator, la aceleradora de negocios de Silicon Valley más importante a nivel mundial. Consiguió inversiones millonarias para el desarrollo de su empresa que hoy se llama EVA Technologies y ya es una realidad.
Eva Clinic cuenta con dos sucursales en Puebla, este mes inaugurará la primera en CDMX y en agosto se abrirá otra en Monterrey. Se pretende abrir ocho adicionales este año.
Eva monitorea la salud de los senos en cinco minutos. Detecta la incipiente formación de un tumor de tal manera que pueda haber un diagnóstico temprano y con éste, se salve la vida de la mujer. Convertirse en miembro permitirá exploraciones mensuales, una mastografía o ultrasonido al año, biopsia en caso de ser necesario, una invitada gratis cada mes y la participación en eventos exclusivos de la comunidad EVA como clases de yoga o spinning. ¡Qué mejor noticia para las mujeres que amamos y para nosotras mismas!
Julián tiene 20 años de edad y por los hechos y por la bondad de su corazón estoy segura de que le espera un camino venturoso, no sin problemas ni retos por enfrentar, pero sé que lo hará con la misma fortaleza del guerrero valiente que ha sido desde el día en que nació.
Felicidades, hijo.
“Eva monitorea la salud de los senos en cinco minutos. Detecta la incipiente formación de un tumor de tal manera que pueda haber un diagnóstico temprano y con éste, se salve la vida de la mujer”