OTROS 45 DÍAS EN LA MIRA DE DONALD TRUMP
Lejos se quedaron esos días en que López Obrador lanzaba amenazas a Trump comprometiéndose a defender la dignidad de México y los mexicanos; hoy su discurso cambió y se basa en el argumento de no caer en provocaciones, lo que esconde el temor del presidente a enfrentarse a un hombre que ha demostrado ser un verdadero tirano machista y racista, por decir lo menos.
Si como dice el tabasqueño “la mejor política exterior es la política interior”, el gobierno federal está haciendo un pésimo trabajo al someter la forma en que se maneja la migración a los intereses electorales del presidente estadounidense. Los números hablan por sí solos, mientras que las deportaciones de migrantes realizadas por México se incrementaron más de 50% en junio, respecto al mes anterior, las detenciones en la frontera de Estados Unidos disminuyeron un 29%. Con datos duros podemos saber perfectamente quién ganó con el acuerdo migratorio que, tras 45 días de prueba, fue revisado ayer por el gobierno estadounidense. Y en la que, por cierto, aseguraron que no es necesario iniciar un eventual Acuerdo de Tercer País Seguro... por el momento.
En el comunicado de Cancillería lo presentan como un logro, pero la realidad es que lo único que hemos visto es un cambio en la política migratoria que acabó por militarizar la frontera común haciendo el trabajo sucio, persiguiendo migrantes valiéndose de la Guardia Nacional; lo más irónico es que el primer gobierno mexicano que se dice de izquierda haya resultado ser el que a primeras de cambio cedió en materia de política exterior, frente a Trump.
Pero esta coyuntura debiera ser utilizada para conducir un verdadero esfuerzo regional para combatir las causas de la migración, así como la gestión de los flujos migratorios, aunque para ello se requiere una estrategia planeada e integral.