Descontento social y manifestaciones en Chile, los motivos detrás de la furia
Manifestaciones pacíficas y otras con destrozos y saqueos. Todo comenzó con el anuncio de alza y actos de evasión. No hubo reacción inmediata de las autoridades, acusan los expertos. ¿Los motivos de esta movilización social? Descontento acumulado.
El metro de Santiago está detenido y con varias estaciones destruidas, pero el descontento de la gente ya no sólo se concentra en la capital chilena, sino también en otras regiones del país. En distintos sectores del país se ven familias completas golpeando ollas, hasta que llegan agresores a pelear con carabineros.
Sin credibilidad
En una entrevista, el sociólogo y analista político, Patricio Navia, señaló que “los chilenos perciben que las reglas no son iguales para todos y que la élite no paga sus culpas igual que el resto”. Entre los ejemplos más recientes, mencionó los casos de fraude de las empresas Penta, SQM y la evasión de impuestos del presidente Piñera en Caburga. “Hechos como estos, donde una vez más se ve la diferencia entre la élite y las personas comunes, hacen que las autoridades pierdan credibilidad”, aseguró Navia tras señalar que hay acciones a distintos plazos. “A corto plazo, el gobierno debería hacerse cargo de este aumento en el valor del transporte. Podrían redirigir fondos desde otras áreas”, añadió. Piñera ya hizo un anuncio en esta materia. Pero Navia va más allá. Apunta a que se debería trabajar en políticas que busquen erradicar estas diferencias sociales entre la élite, la clase política y el ciudadano de a pie.
Autoridades rezagadas
En tanto, el historiador de la Universidad Central, Jorge Olguín, recordó que “La Revolución de la chaucha dejó varios muertos y hubo toques de queda; esperemos que no se llegue a eso, pero todo es posible”. El historiador consideró que esta violencia directa es una respuesta a una violencia estructural. “Que una persona reciba apenas 150 mil pesos (poco más de 200 dólares) de la AFP después de trabajar toda su vida, es un hecho violento. Las autoridades se han quedado atrás”.
Lenta reacción
El académico y analista político de la Universidad Mayor, German Silva, aclaró que “lo de los 30 pesos –de alza en el pasaje del metro– fue simplemente la gota que derramó el vaso. El gobierno reaccionó lento, reforzó la incertidumbre”, añadió. Silva señala que el momento en que el presidente anunció congelar las alzas del metro no fue el correcto, porque a esas alturas ya existían muchas otras razones para seguir manifestándose.
Sobre las medidas militares y el toque de queda, añadió que serán poco efectivas “porque esta generación no les tiene miedo. La única forma de arreglar esto será con una convocatoria más amplia, más social”, concluyó.
¿Hay solución?
El presidente de Fundación Participa, Daniel Ibáñez, destacó que lo del metro quedó atrás y el foco ahora debe ser la búsqueda de una solución al descontento social.
“Si anunciaran un paquete con cambios en las AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones), no más alzas en la luz y otra servicios y una rebaja de los sueldos de los parlamentarios, sería algo más real”, explicó. “Es condenable la violencia y se debe detener. Pero los militares en las calles sólo sirvieron para detener los cacerolazos, pero no los destrozos. Responder con violencia no va a generar nada bueno”, finalizó.
“Los chilenos perciben que las reglas no son iguales para todos y que la élite no paga sus culpas igual que el resto”
Patricio Navia, sociólogo y analista político