La magia de Nadia Albertini
Chanel, Vuitton, Sarah Jessica Parker y Jennifer Lawrence aman sus bordados. Ahora, la mexicana está lista para brindar su savoirfaire a Tory Burch.
Todo comenzó como un cuento: una abuela regala a su nieta de seis años un bastidor de bordado para echar a volar su imaginación. Después de 24 años, esa pequeña y su atesorado objeto conquistaron París y a los diseñadores de moda más reconocidos con bordados de ensueño. "Todavía trabajo con el bastidor que me heredó. Lo he llevado a todos lados: desde Chloé y Chanel hasta Jason Wu y Dries van Noten. Mi abuelo se lo hizo para que trabajara más cómoda”. Su abuelo estaba ligado al arte: fue asistente esporádico de Diego Rivera. De padre francés y madre mexicana, Nadia estudió moda en Duperré School of Applied Arts en París, pero fueron sus prácticas profesionales las que marcaron su rumbo. Recuerda que cuando llegó a Chloé, no había pensado en bordar profesionalmente; lo hizo tan bien que la directora la invitó a quedarse.
Pero las cosas no siempre fueron fáciles. La crisis financiera de 2008 generó gran incertidumbre, pero Nadia supo innovar, quizás por el rigor de la educación francesa o el instinto de supervivencia mexicano. Empezó a diseñar bordados hindúes y colaboró con firmas como Louis Vuitton y Elie Saab. El verano pasado, Nadia se enteró que Tory Burch buscaba a una directora de bordado. Poco después de su entrevista con Tory por Skype, fue elegida y trasladada con todo y marido a Nueva York. Estaba acostumbrada a trabajar a menor escala, pues en Wu se hacían de 50 a 100 vestidos bordados, pero Tory lo hace en grande: de 400 a 500 piezas. Por lo pronto, Nadia ha gozado su experiencia con las colecciones primavera-verano y resort 2016. Y al igual que su abuela, desea pasar la estafeta a nuevas generaciones: “Quiero enseñar, aportar mi granito de arena a la escena de moda en Nueva York”. Seguro bordará su huella.