Quién

EL Castillo DE Saint-Tropez

¿Qué hacen los reyes sin reino? Ofrecer fiestas memorables en sus exóticos palacios. Así viven los duques de Castro, Carlos y Camilla de Borbón-dos Sicilias cuando están en su propiedad en la Riviera Francesa.

- Por CHRISTOPHE VACHAUDEZ Fotos FREDERIC DUCOUT / LIVING INSIDE

Éstos no son los típicos royals y el suyo no es el típico reino. Bueno, en el estricto sentido, el reino aún ni les pertenece a los duques de Castro, Carlos y Camilla. La cabeza de la casa real de las Dos Sicilias, en Italia, está en disputa desde hace varias décadas (el primo del príncipe Carlos, el príncipe Pedro de Borbón es el otro contendien­te al trono). Eso no ha impedido que esta pareja, que celebra 20 años de matrimonio, se coloque en la cima de la escena social en uno de los puertos más exclusivos, Saint-tropez.

Durante el verano y el bendito período de las regatas en septiembre, los huéspedes se suceden unos a otros sin parar en las espléndida­s fiestas que su alteza real la duquesa de Castro ofrece año tras año. La lista de invitados es un resumen de quién es quién. Así, Estefanía de Mónaco es de las asistentes regulares, a tal punto que el tema de una de las últimas fiestas fue idea suya y superó las expectativ­as dando una reunión aún más extravagan­te de lo usual inspirada en el circo. El príncipe y la princesa son grandes anfitrione­s y su casa, en este paraíso francés, es reflejo de ello con su sala de billar, su cine y sus terrazas sombreadas que cobijan a los privilegia­dos huéspedes de la pareja principesc­a.

UN PALACIO DIGNO DE UN REY

Los superlativ­os son insuficien­tes para describir esta propiedad escondida en una tranquila isla interior, a sólo unos metros de la emblemátic­a y concurrida Place des Lys. Desde aquí, toma sólo unos minutos llegar al antiguo distrito de La Ponche y a la marina donde flota plácido el imponente velero del príncipe, un apasionado de la navegación y entusiasta participan­te en las regatas.

Un callejón bordeado de cipreses conduce al ahora tranquilo jardín que despliega, en el fondo, una fachada blanca de estilo colonial. No por nada la princesa cayó bajo su encanto, pero convencer al dueño original de vender no fue fácil. Eventualme­nte, la perseveran­cia de la princesa triunfó y la familia se mudó a principios del verano de 2015, justo a tiempo para celebrar, el 23 de junio, el cumpleaños de su hija mayor, la princesa heredera María Carolina.

Ésa sería la primera ocasión para recibir familiares e invitados, pero desde entonces las excusas para dar las mejores fiestas no han parado. Y es que la pareja conoce

mucha gente en esta zona. Al final, el príncipe Carlos creció cerca, a menos de una hora en coche, en San Rafael, mientras que la princesa, hija de la actriz Edoarda Crociani mejor conocida como Edy Vessel, solía venir a menudo con el jet set del cine italiano de los años 50 y 60.

Si bien el reconocido arquitecto francés Jacques Garcia le ayudó a decorar su penthouse en París, la duquesa de Castro se encargó personalme­nte del asunto en esta dirección. El blanco es predominan­te, a veces enfrentado al negro o realzado por toques de colores muy vivos. Obras de arte, pinturas, esculturas u objetos caracteriz­an un interior y un exterior contemporá­neo que materializ­a el buen humor de la señora de la casa. Por ejemplo, la alberca está rodeada de ranas divertidas a escala humana mientras un pulpo imaginado por su madre Edoarda disfruta de la temperatur­a del agua.

Enfrente, un árbol protege del sol ardiente una larga mesa que a Camilla le gusta decorar basándose en el tema del océano, no por nada Saint-tropez también es sinónimo de relajación y escapadas al mar. Un cojín en forma de cangrejo para vestir las sillas, por ahí un pez de cristal de Murano sobre un mantel bordado con hilos color coral, en vez de paneras, unas grandes conchas aperladas y una vajilla de Alberto Pinto es como la duquesa agasaja a sus comensales.

Atenta a los detalles más pequeños, se asegura de que todo sea perfecto en la casa principal, pero también en aquella reservada para los huéspedes, ubicada cerca de la entrada. Además de este espacio, los invitados tienen otras muchas áreas para disfrutar su estancia. Cerca de un velo blanco, un olivo centenario ocupa el centro de un parterre cerca del cual otra terraza sombreada invita a pasar un momento de relajación. Del mismo modo, los numerosos sofás con cojines blancos en franjas negras dispuestos a lo largo del frente del castillo crean innumerabl­es rincones adecuados para la conversaci­ón. El frente de un Bugatti funciona como un bar, ideal para contrarres­tar la humedad. Éste es un refinamien­to que los príncipes de Borbón-dos Sicilias cultivan como algo más que un arte para recibir a sus amigos. Para ellos es una forma de vida.

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La boda de Carlos y Camilla de Borbón-dos Sicilias fue catalogada como “la boda de sangre azul de la década”. Hoy, celebran 20 años de matrimonio.
SO HAPPY TOGETHER La boda de Carlos y Camilla de Borbón-dos Sicilias fue catalogada como “la boda de sangre azul de la década”. Hoy, celebran 20 años de matrimonio.
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