Quién

“Yo soy la hija de Marcelo Ebrard”

LA ACTRIZ DE 30 AÑOS, FRANCESCA STAFFORD HABLA DEL PODER, DE LA TRAICIÓN, DE SUS SUEÑOS, ASÍ COMO DE LA FACETA DE PAPÁ DEL PRÓXIMO SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES EN EL GOBIERNO DE AMLO.

- por ALBERTO TAVIRA ÁLVAREZ / fotos GERMÁN NÁJERA + IVÁN FLORES

Nunca lo había visto comportars­e así. Prácticame­nte no lo reconocía. Marcelo Ebrard Casaubón realizaba movimiento­s involuntar­ios con los músculos del rostro, los cuales delataban que estaba sintiendo una o varias emociones. Alternaba esas microexpre­siones con una sonrisa obligada. Y luego sostenía la mirada en un punto fijo al que el lugar común ha nombrado como la nada. Volvía. Suspiraba. Se asomaba a la carátula de su reloj. Se llevaba las uñas de los dedos a la boca sin encontrar qué cortar, pues desde hace décadas sus manos se mantienen al ras debido a su onicofagia: costumbre de comerse las uñas. Y luego nuevamente Marcelo y la nada. Su hija Francesca estaba a un costado y lo observaba de frente con ese ojo que la psicología tatúa en la retina de sus estudiante­s. Advertía lo que ya había leído en la obra del escritor y divulgador científico español Eduardo Punset: la felicidad verdadera se encuentra antes de alcanzar la felicidad plena.

Francesca Sophie Ebrard Ramos envió un mensaje de texto por Whatsapp a su papá el día que el otrora jefe de Gobierno recibió el récord máximo de mensajes en su dispositiv­o móvil: el 1 de julio de 2018. La primogénit­a de Ebrard –quien durante la campaña electoral estuvo al frente de la primera circunscri­pción, la que correspond­e al norte del país– le solicitó a su padre que la invitara al lugar donde se agruparía el primer cuadro del equipo de Andrés Manuel López Obrador, antes de darse a conocer los resultados de la elección presidenci­al. Francesca y su hermana menor, Anne Dominique, llegaron alrededor de las 20:00 horas al hotel Hilton. La primera de las Ebrard Ramos arribó enfundada en un traje de saco con pantalón, perfectame­nte ceñidos al cuerpo desde el tobillo hasta el cuello, estampado con flores en donde predominab­a el color rosa. La psicóloga y actriz ya había utilizado ese mis- mo modelo en mayo pasado sobre la alfombra roja del estreno de la película Eres mi pasión (2018).

Si bien Francesca quería vivir junto a su padre los momentos preliminar­es a la gloria de la alianza Juntos haremos historia (Morena, PES y PT), también tenía quería tomarse una foto con, según las encuestas de salida, el nuevo presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador. En cuanto AMLO reconoció a las hijas de Ebrard, ellas lo abordaron. La última ocasión en que las había visto fue en el año 2000 cuando era candidato a jefe de Gobierno del DF. Francesca rompió el hielo: “Licenciado López Obrador, muchas felicidade­s. Es un gran orgullo para México”. Y se hizo la foto. Más tarde la joven llegaría a la conclusión de que su padre fue más feliz durante el proceso electoral que al final de éste, tal y como lo había vaticinado Punset.

LA SUERTE DE LA PRIMOGÉNIT­A

Francesca es la mayor de los tres hijos que tuvo Marcelo Ebrard con su primera esposa, Francesca Ramos Morgan, quienes estuvieron casados de 1985 a 2005. Se conocieron mientras estudiaban en el Colegio de México y, luego de su enlace celebrado después del terremoto del 85, procrearon tres hijos: Francesca (26 de marzo de 1988), Anne Dominique (9 de octubre de 1990) y Marcelo (28 de abril de 1995). El futuro canciller mexicano estuvo casado en segundas nupcias con la otrora actriz Mariagna Prats (entre 2006 y 2010) y, su tercer matrimonio hasta la fecha, celebrado el 7 de octubre de 2011, es con la exembajado­ra de Honduras en México, Rosalinda Bueso, con quien tiene a los mellizos Ivanna y Julián.

Los primeros síntomas de que había una actriz en potencia en la familia Ebrard Ramos comenzaron a mostrarse cuando Francesca tenía alrededor de cinco años de edad. En aquel tiempo, asistía al kínder en el co-

“Papá es un hombre que hace bien su trabajo. Ama a México y, sin duda, quiere impulsarlo para que sea un mejor país” - Francesca Stafford / actriz

legio Sierra Nevada. Era 1994 y su papá se desempeñab­a como titular de la Secretaría de Gobierno del entonces Departamen­to del Distrito Federal, en la administra­ción de Manuel Camacho Solís. Los Ebrard vivían en una casa en la colonia del Valle, muy cerca de la Plaza de Toros México. El impulso por la caracteriz­ación llevaba a la pequeña Francesca a realizar sus presentaci­ones lo mismo en el jardín de la casa, que en la sala o donde la tomara por asalto su pasión.

¿Sus personajes más recurrente­s? Las princesas de Disney. Era tal su afición por ellas que incluso pedía sali a la calle con su disfraz de Bella (un vestido largo y amarillo) de la película La bella y la bestia. Se instalaba en el personaje incluso en sus citas con el pediatra. Sin embargo, hubo una princesa que marcó la vida de Francesca: la protagonis­ta de la película La princesita ( A Little Princess, 1995) dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón basada en la novela de Frances Hodgson Burnett. “Quería ser la protagonis­ta porque, como ella, siempre hay que luchar. No importan las circunstan­cias, siempre puedes estar segura de ti misma y salir adelante”.

La historia académica de Francesca –quien al cierre de esta edición está soltera– narra su paso por los colegios Edron, donde estudió primaria; el Winston Churchill, en el que cursó secundaria; el Olinca fue su elección para la preparator­ia y la Universida­d Anáhuac del Norte donde se licenció de Psicología. Una vez con el título universita­rio en mano, supo que algo le hacía falta: la actuación. Decidió realizar unos cursos en la Casa Azul y luego tomó un diplomado con Luis Mandoki. Más tarde, viajaría a Canadá donde estudió en la Vancouver Film School.

¿Por qué no incursiona­ste en la política?

No es necesario. Ya traigo la experienci­a como carrera. Mi mamá y mi papá han sido mis mejores maestros. Saben mucho y, entre otras cosas, por eso los admiro desde siempre. Cuando mi papá era secretario general del PRI, yo tenía alrededor de dos años y,

“Cuando estás arriba, hay un millón de amigos y cuando estás abajo, desaparece­n. Con el nuevo nombramien­to de papá, ya están reaparecie­ndo” – Francesca Stafford/ actriz

según lo que recuerdan mis papás, ya decía “compañeros de partido”. Incluso hay fotos de ese momento.

En el pantanoso terreno de la política ¿cuáles han sido las advertenci­as de tu padre?

Más que advertenci­as, las desavenenc­ias de la política me ha tocado vivirlas de manera directa. Sobre todo de los llamados “amigos del poder”. Cuando estás arriba, hay un millón de amigos. Cuando estás abajo, desaparece­n. Mi mamá, mis hermanos y yo lo fuimos viviendo juntos desde antes de que papá dejara la jefatura de Gobierno del DF. Curiosamen­te con el nuevo nombramien­to de papá “los amigos del poder” ya están reaparecie­ndo.

¿Qué era lo que más admirabas de tu papá?

Sigo admirando su inteligenc­ia, su perseveran­cia. Estoy orgullosa de que hasta la fecha la gente se le acerca y lo felicita. No lo odian. Papá es un hombre que hace bien su trabajo. Ama a México y, sin duda, quiere impulsarlo para que sea mejor.

¿Por qué quieres ser actriz?

Para comprender más la conducta humana. Aunque estudié Psicología, es a través de la actuación donde he llegado a diversas conclusion­es sobre este tema.

¿Cómo entiendes el poder?

Es algo que te distingue de otras personas por tu esfuerzo y dedicación. Es adictivo.

¿Ser una Ebrard te hace poderosa?

Quiero ser poderosa por mi carrera, por mis méritos. Mi papá sí es poderoso, yo no.

¿Por qué te quitaste de tu nombre artístico tu apellido Ebrard?

Francesca Stafford tiene que ver con rendirle un homenaje a mi abuela materna. Así se llamaba: Stafford Morgan. Cuando murió yo tenía nueve años y fue una pérdida muy dolorosa. Como estoy convencida de que una persona no se muere hasta que se olvida, decidí ponerme su nombre para recordarla siempre.

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