#Tuluming
Si no han oído de Tulum, viven debajo de una roca. O no tienen Instagram. [En ese caso, las perdono]. Mis amigas y yo decidimos escaparnos de toda responsabilidad y subirnos al avión rumbo a este paradisíaco destino.
Annie Barrios, nuestra columnista, nos dice qué si y qué no aplica en un viaje de amigas. Aquí todo lo que vivió en su última visita a Tulum.
¿ Cuándo fue la última vez que se reunieron en el aeropuerto, o hicieron un roadtrip, se instalaron en un hotel y lloraron de risa un par de días? Ahora que estamos “balanceando” la agenda entre trabajo, pareja, hijos y búsqueda de paz interior, no me dejarán mentir: un convivio [de calidad] entre amigas es cada vez menos frecuente. ¡Y más necesario! Así que el primer gran Do de este mes, es justo eso: ¡escápense con ellas! El viaje se disfruta desde que lo planean. Vas imaginando las risas y el sol, mientras sigues atorada en la oficina soñando con instalarte en los beach clubs que mandan tus amigas al chat. Como los del Nomade y el Papaya Playa, que combinan perfecto con un buen ceviche, vino rosado y el paisaje ecochic tan Tulum. No investigar actividades y hotspots sería un error ¿no? Reservar por adelantado también es buena idea. Sandra, mamá de tres, rentó el coche por internet. Seguro estaba en plena hora cero y no vio que alquilaba un estándar. “No se agobien”, dijo la conductora designada ya en Cancún, “¡yo sé perfecto!” El viaje a Tulum es más o menos de hora y media. O dos, o tres, si tu amiga no le sabe bien al clutch [me estoy carcajeando al escribir esto…] Con waze y una buena playlist llegamos al hotel boutique [previamente reservado] divino sin precios volados, se llama María del Mar. Un tip al llegar, es hacer un fondo común para pagar todas las cuentas sin hacerse bolas, desde el desayuno en Posada Margherita hasta los drinks en el Gitano. En Tulum esto es mejor pues o no aceptan tu tarjeta de crédito o hacen el cobro en dólares. Así que la opción es en efectivo, en pesos y en manos de la más responsable [o, en este caso, la que pierde el chin chan pú]. Llevar un maletón para un viaje corto es innecesario. Aquí no necesitarán tacones. Bloqueador y repelente sí [¿uno para todas?]. Y es que en un girls trip hay que pensar en equipo. Puntualidad [este punto me lo digo a mí]. Limpieza y orden [éste a alguien más ja, ja, ja]. Y a la queridísima Queta Quejitos de cada grupo: ¡te tenemos en la mira! Siempre tiene sed, algo no supo rico y su cama no está cómoda. A ella se le entregará el itinerario y si algo no le late, la próxima vez ¡se le manda una postal! Ja, ja, ja. El chiste de una escapada es ir con toda la actitud ¡a disfrutar! La paz de las bicis, las neteadas tomando moscow mules en el Azulik, desconectarse… Y aunque regresamos debiendo horas de sueño, llegué llena de energía, un viaje donde te reencuentras con tus amigas es perfecto para recargar pilas. Tulum fue el escenario ideal. ¿Lo mejor? ¡Revivirlo juntas! Nos seguimos riendo de Camila y su desempeño al volante. WWW.QUIEN.COM/ANNIE-BARRIOS-SEPTIEMBRE
“Con el tiempo, convivir con las amigas ya no es tan fácil como treparse todas a un coche, se necesita orden ¡y tequilas!” – ANNIE BARRIOS