ÍÑIGO: COLECCIONISTA SIN LÍMITES
Su amor por los autos comenzó mientras su abuelo construía una serie de más de 2 mil piezas.
Entrar en la casa de Íñigo Múgica es como estar en una máquina del tiempo. Autos de más de un siglo, monoplazas de los hermanos Rodríguez, carros de rally de Sebastien Loeb y el mítico Fórmula Uno de Juan Manuel Fangio. Más de 2 mil modelos a escala conforman la colección que inició ( y fabricó) su abuelo, hoy siendo motivo de orgullo y de pasión para Íñigo. La conexión vino desde niño, acompañando al abuelo por horas mientras daba retoques con un pequeño pincel, a los de competencia. Reproducir los detalles de cada vehículo podría tomar semanas, pero en ese tiempo construyó un lazo especial, que conforme pasan los años, se solidifica. Y entre tantos recolectados, sobresale un Corvette de competencia.
Entre más de 2 mil autos, ¿hay alguno especial?
El Corvette amarillo de Daytona escala 1/8; se le puede quitar el cofre, las llantas y el motor. Representa instantes de familia, pues Dale Earnhardt [piloto de automovilismo retirado] y su hijo corrieron en él en las 24 Horas de Daytona.
¿Cuáles son tus piezas favoritas hechas por tu abuelo?
Me gustan las maquetas, pues logran retratar un momento en particular. Por ejemplo una donde se ve a unos pilotos de rally cambiando un neumático y el lodo en las defensas.
¿Ahora, qué sigue? ¿Cuándo parará tu colección?
Nunca. Terminamos algunas como la Carrera Panamericana y la de Fórmula Uno. Busco crecer la colección de Corvette, mi pasión.