El pasado octubre la Casa Real de Noruega hizo un anuncio que conmocionó a toda Europa: la princesa heredera Mette-marit padecía fibrosis pulmonar. Luego de varios años batallando con su salud y tras someterse a un sinfín de exámenes médicos, se le diagnosticó esta enfermedad de una variante poco común y en etapa temprana. El peor escenario de esa enfermedad supone un tiempo de vida de tres a cinco años.
“Durante algunos años he tenido problemas de salud y ahora sabemos el motivo. Esto hará que mi capacidad de trabajo varíe. El príncipe y yo hemos decidido informar porque, de ahora en adelante, puede ser necesario planear períodos sin actividades oficiales”.
Se desconoce el origen de su causa pero todavía hay un largo camino por recorrer. El cuerpo médico está compuesto por doctores noruegos y extranjeros y trabajarán en conjunto para hacer más llevadera esta enfermedad. “Mi objetivo es seguir trabajando y participar en el programa oficial tanto como sea posible”.
La enfermedad de esta princesa supone un duro revés a la monarquía ya que hay que recordar que Mette-marit está casada con el príncipe heredero Haakon que sucederá a su padre, el rey Harald de 81 años, cuando llegue el momento. Un papel de reina de suma importancia que muy posiblemente no pueda desempeñar al 100 por ciento.