¿Qué come una royal mom?
LA NIETA POLÍTICA DE LA REINA ISABEL II SIEMPRE HA SIDO MUY ESTRICTA EN SU HÁBITOS ALIMENTARIOS.
En la mayoría de las ocasiones, tener una figura de 10 implica un gran sacrificio, eso bien lo sabe Meghan Markle, por eso es sumamente cuidadosa con los alimentos que ingiere. Por ejemplo, evita a toda costa el gluten, lo que le ayuda a lucir una piel brillante e hidratada, así como a tener más energía todo el día, sobre todo ahora que está embarazada.
En entrevista para la revista canadiense Best Health, hace unos años, Meghan desveló su gusto por la cocina, y es que de toda la vida la duquesa de Sussex ha sido una chef en potencia: “Me encanta cocinar, por lo que cada día pruebo cosas diferentes. Hay veces que simplemente hago pesto y lo dejo en la nevera para poder disfrutar de él a lo largo de la semana. Creo que es importante estar orgullosa de lo que cocinas y no abusar de las comidas fuera de casa”.
El gusto por la comida y los productos naturales le vienen de familia, pues en su casa de California su madre cultivaba sus propias frutas y verduras.
Meghan siempre ha estado conectada con la cocina, no por nada el príncipe Harry le propuso matrimonio mientras preparaban pollo asado en Kensington a finales del 2017.
DIETA NATURALMENTE REAL
Sus gustos gastronómicos son muy saludables, pero no se priva de los carbohidratos. A diferencia de otras royals que se matan de hambre, lo cierto es que la esposa del príncipe Harry come de manera muy balanceada, su dieta se basa principalmente en el consumo de frutas y verduras entre semana como ensaladas y batidos con semillas y lácteos. También el huevo y el pescado pueden aparecer en su menú: “Trato de llevar una dieta vegetariana a diario, pero tengo más flexibilidad durante el fin de semana. Todo se basa en el equilibrio. Trabajo mucho y, por eso, no quiero sentirme privada de nada. Siento que en el momento en que lo haces es cuando empiezas a obsesionarte con las cosas. Por eso no sigo una dieta, sino una alimentación saludable y equilibrada”.
Los fines de semana se permite romper ese régimen saludable con algunos carbohidratos: “Podría comer papas fritas todos los días, y me encanta la pasta. Bueno, me encantan los carbohidratos, pero ¿a quién no? Me ocurre lo mismo con el vino. Por supuesto que voy a tomarme una copa de vino, es delicioso y lo disfruto. Todos deberíamos hacer las cosas que disfrutamos dentro de lo razonable”.