Quién

Esperando a Harry

NÁUSEAS MATUTINAS, NUEVO PEINADO, UN ESTILO MÁS CUIDADO Y UNA ESTRECHA RELACIÓN CON CARLOS: ASÍ FUE EL EMBARAZO DE LADY DI.

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La llegada de Harry a la vida de los príncipes Diana y Carlos de Inglaterra fue una montaña rusa de emociones, desde la felicidad compartida por esperar su segundo hijo hasta la guerra fría que empezó entre ellos tras su nacimiento.

A principios del mes de enero de 1984, y sin saber todavía que estaba emabrazada, la princesa Diana se fue a esquiar con el príncipe Carlos a Vaduz, Liechtenst­ein, donde la prensa pudo fotografia­rlos subiendo varias veces la montaña en el lift.

Al verla esquiar, nadie sospechó que Diana estuviera embarazada; de haberlo sabido, no se hubiera animado a practicar un deporte que es casi prohibitiv­o en su estado. Muy probableme­nte días después supo de la buena noticia.

Años más tarde, Diana contó que Carlos y ella vivieron su mejor época en los meses previos al nacimiento de Harry. Mantuviero­n una relación muy estrecha y llena de cariño que se puede confirmar por la cantidad de imágenes tomadas en aquellos días. Fue un excelente momento para la pareja; sin embargo, todo cambió al nacer el príncipe.

La mejor prueba de lo anterior quedó constatada por el día en que eligieron para dar a conocer la llegada de su segundo hijo: el 14 de febrero, Día de los Enamorados; en esa fecha el Palacio de Kensington anunció públicamen­te la buena nueva.

ACHAQUES Y ESTILO MUY REALES

Diana, al igual que en su primer embarazo, sufrió de muchas náuseas, incluso a lo largo de todo el día, pues los malestares no la dejaban.

En las fotografía­s tomadas en aquellos meses se puede ver a la princesa mareada y con gesto cansado, pero igual cumplía con sus obligacion­es con la mejor de sus sonrisas.

En su segundo embarazo, Diana dio un giro importante a su look premamá. Cuando esperaba al príncipe William, lució prendas más holgadas, caracterís­ticas de la ropa de maternidad de aquella época en la que básicament­e eran batas oversized en diferentes colores, pero en la espera de Harry, la princesa llevó piezas más ajustadas, algo que en definitiva le aportó más estilo. En vez de acentuar su estado, lo disimuló, y el resultado fue favorecedo­r.

Se sabe que el cambio hormonal de las futuras mamás hace que se les vea el pelo mucho más brillante y pesado de lo normal, se cae menos y cambia la textura, por lo que el chino puede volverse lacio. Algo similar le sucedió a Diana, ya que durante su segundo embarazo fue la época en la que más largo, lacio y abundante lo tuvo. Le quedaba realmente bien y solía sujetarlo con uno o dos broches.

LA DULCE ESPERA QUE TERMINÓ CON SABOR AMARGO

Poco menos de un mes antes de dar a luz, el 20 de agosto de 1984, mientras la familia disfrutaba de sus vacaciones de verano en Balmoral, se avisó a la princesa que su querido tío lord Fermoy había muerto, por lo que la sonrisa que mantuvo todo ese tiempo se convirtió en un gesto triste por la inesperada pérdida.

El príncipe Harry Charles Albert David nació el sábado 15 de septiembre de 1984 en el mismo lugar en que nació su hermano mayor, el príncipe William, el Hospital St. Mary, en Paddington, y pesó 6 libras 14 onzas.

Años después se supo que la sombra de Camila pesó nuevamente en el matrimonio de Carlos y Diana, y fue evidente el día que Lady Di salió del hospital con el pequeño Harry: su esposo apenas le dirigió la mirada mientras ella sostenía al bebé en brazos. En unas grabacione­s hechas en 1992 por la propia princesa para su biógrafo, Andrew Morton, contó

la triste reacción de Carlos cuando supo que había tenido un niño: “Oh, Dios. ¡Es un niño! Y encima tiene el pelo rojo”. En realidad él quería una niña.

También Diana recordó lo unidos que se sintieron antes de que Camila volviera a sus vidas, “Carlos y yo estuvimos muy, muy unidos las semanas anteriores al nacimiento de Harry; más de lo que estuvimos nunca y llegaríamo­s a estar. Entonces, de repente, nació Harry y todo se vino abajo en nuestro matrimonio. Todo lo que habíamos conseguido construir se derrumbó”.

Lo más duro de esta historia fue cuando Harry, ya más grande, supo la verdad que rodeó su nacimiento.

Ahora que ha llegado el turno de convertirs­e en padre por primera vez hemos visto a un Harry ilusionado y enamorado de su esposa, Meghan Markle. Sin duda ha vivido con gran emoción la llegada de su primogénit­o, algo que hubiera hecho muy feliz a su madre.

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Diana Spencer en las carreras de Ascot, en junio de 1984. A diferencia de su primer embarazo, el de Harry fue una etapa muy feliz en su vida.
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