JACKY Y SU BANDA
JACKY BRACAMONTES TIENE EL CORAZÓN PARTIDO... PERO NO DE DOLOR, SINO EN CINCO PARTES IGUALES, SUS HIJAS, QUE SON SU MOTOR Y SU RAZÓN DE VIVIR.
Bracamontes lo tiene claro: ya no quiere más hijos, pues con sus cinco niñas tiene para dar y repartir. Y no es queja, simplemente sabe que ha llegado la hora de cerrar la fábrica y dedicar prácticamente todas sus energías a Jacky, Caro, Renata, Paula y Emilia. Nos reunimos con la conductora en la Family Suite by Discovery Kids del Hotel St. Regis, inspirada en la nueva temporada de Peppa Pig– caricatura preferida de sus hijas– donde nos habló de la divertida locura que es criar a cinco personas y de su secreto para no descuidar su relación con su marido, el empresario y piloto de autos Martín Fuentes.
¿Cómo te divides entre cinco hijas?
¡Ay!, no es fácil, la verdad, pero trato de dedicar tiempo a cada una cuando más me necesitan. Jacky por ejemplo está aprendiendo a leer y quiere que me siente con ella para practicar. A veces, los fines de semana estoy muy dedicada a las grandes, Jacky, Caro y Renata y entonces el lunes me dedico a las gemelas. A veces me reclaman, pero todas deben entender que tienen una mamá que se divide en cinco o en más, porque el papá vale como por cuatro niños.
¿Qué te gusta hacer con cada una?
Jacky es la más apegada a mí. Lo que sea que pueda hacer con ella me encanta: leer, estudiar, hasta acostarme a ver la tele. Carito, obviamente sé que me adora, pero llega el papá y no existo para ella. Su papá es su todo. Le encanta que él la aviente al techo; es mucho más intrépida. Renatita quedó como el sándwich. Era la chiquita, tenía el amor de toda la casa pero nacieron las bebés... Ella es la que más ha necesitado de mí. Trato en todo momento de decirle cuánto la quiero, de lo especial que es para mí, de lo única que es. Y con Emilia y Paula, lo que viva con ellas es especial. No sabes cómo disfruto darles de comer, bañarlas, cambiarles el pañal, todo.
¿Eres mamá barco o estricta?
MIS HIJAS DEBEN ENTENDER QUE TIENEN UNA MAMÁ QUE SE DIVIDE EN CINCO, O EN MÁS, PORQUE EL PAPÁ VALE COMO NIÑOS” POR CUATRO
Tengo mis momentos de barco, pero cuando debo ser estricta lo soy, sobre todo con las reglas de la casa: la hora de dormir, de cenar, el lavado de los dientes. También con las comidas; hay un menú en la casa para todos los días y tienen que aprender a comer lo que hay, porque si no, hacer cinco comidas distintas está muy complicado.
¿Cuál de tus hijas se parece a ti?
Cuando era muy chiquita a mis papás les gustaba mucho salir a restaurantes, pero yo no me podía estar en paz, llegaba y quería irme a los juegos. Y a ellos les daba pena con las personas que estaban en la mesa de junto y decidieron no volver a comer fuera hasta que creciera. Ya de más grande siempre fui muy aplicada en la escuela, muy tranquila, jamás me peleaba con mis hermanos. Siento que Jacky es la que más se parece a mí en eso.
¿Qué es lo que sí te hace enojar de tus hijas?
Por ejemplo, que Renata es muy agresiva con sus hermanas. Tú la ves como la más chiquita, pero tiene su carácter. A veces llegan con el chisme: ‘Es que me pegó, me dijo, me hizo’ y les contesto: ‘Resuelvan sus problemas ustedes mismas’, porque
no estoy ahí para saber de quién es la culpa. La verdad, no me gusta cuando se pelean y menos cuando se pegan.
El mayor susto que te has llevado hasta el momento es...
Fíjate que hace poco las bebés tuvieron una bacteria. Eso sí fue muy desafortunado, tan chiquitas y sin vacunas. Emilia estuvo una semana con temperatura, nos queríamos morir Martín y yo. Gracias a Dios tenemos un gran pediatra que les dio antibiótico y ya están bien, pero sí nos pegaron un susto. Hemos pasado noches con cada una de ellas tomándoles la temperatura cada hora, bañándolas varias veces para que se les baje. Pero eso cualquier papá lo vive, es parte de crecer.
¿Qué tanto te metes a la cocina?
Por todas mis actividades, confieso que no me da tiempo de cocinar. Gracias a Dios tengo una persona que me ayuda, pero de vez en cuando sí organizamos una tarde de chicas y hacemos postres. Me dicen: ‘Mamá, quiero hacer galletas contigo, quiero hacer un pastel’. Además, decoran sus galletas y luego, con todo el amor se las regalan al papá. No diario, pero cuando lo hacemos es un momento muy especial para todas y ellas lo gozan.
Entre tanta mujer, Martín es el rey de la casa…
Definitivamente. Es el mejor papá, te lo tengo que decir. Da su vida por sus hijas, todo por ellas, para que estén bien, para consentirlas, para vivir experiencias lindas con ellas. Sólo tengo cosas buenas que decir de él. Si alguna se enferma no sabes cómo se agobia, está ahí al pie del cañón. Obviamente las niñas babean por su papá.
¿Cómo mantener el romance con cinco hijas?
Pronto vamos a ser padrinos de unos amigos que viven en Mónaco y me preguntó Martín: ‘¿Qué hacemos, nos llevamos a las niñas?’ y le dije: ‘A ver, necesitamos honeymoon de vez en cuando. Traemos a mi mamá de Guadalajara, a tu mamá y que se queden las abuelas encargadas de la casa’. Nos vamos a dar esas escapadas que van a ser el secreto para mantener la relación de pareja, porque sí, somos una familia muy unida, vamos juntos a todos lados y casi, casi dormimos juntos en la misma cama, pero de repente es muy necesario revivir esa chispa estando los dos solitos. Cuando eres padre eso se vuelve mucho más complicado.
¿Piensan tener un hijo más?
¡No, ya no! Gracias a Dios me operé y ya estoy hablando con Martín para que él también lo haga porque he escuchado tantas historias de que la mamá se opera y les falla. Y más allá de que no quiero tener más hijos, el doctor me dijo que ya no me puedo volver a embarazar porque sería muy peligroso para mí.