Quién

PINAL VS PASQUEL

LA GUERRA SE TERMINA

- Por Renata González / Fotos Adrián Burns

Las actrices platicaron en exclusiva con Quién a unas semanas de que la matriarca de la familia saliera del hospital debido a una fuerte neumonía de la cual hoy está recuperada.

Son parte de una de las familias artísticas más importante­s de México. Desde Silvia Pinal hasta sus hijas, nietas y bisnietas, todas ellas son dueñas de una carrera que cosecha éxitos propios, pero por lo mismo siempre están en la mira de los medios nacionales. De ahí que cuando el pasado domingo 10 de marzo Quién digital diera a conocer en exclusiva que la musa de Diego Rivera se encontraba internada en el Hospital Ángeles del Pedregal a causa de una fuerte neumonía, las alarmas se encendiera­n.

Aunque su familia se llevó un gran susto por la neumonía multifocal que se le diagnostic­ó, para la llamada “última diva del cine mexicano”, este problema de salud no fue tan grave, pues, dice, se trató de un simple chequeo de rutina. “No entré al hospital ni en silla ni acostada ni salí en malas condicione­s. No pasó nada. Me fui a hacer un chequeo, porque para el seguro me lo pidieron. Me lo fui a hacer y ya”, dice tajante. Y reitera: “¿Usted cree que me voy a meter al hospital por una pinche gripa? Aquí en mi casa he pasado cosas más fuertes que una gripa. No sé por qué se armó tanto alboroto”.

Afortunada­mente, Silvia Pinal salió el 17 de marzo totalmente recuperada de su afección, pero lo que no pudo evitar es que a raíz de su hospitaliz­ación se produjeran ciertos malentendi­dos entre sus dos hijas, Sylvia Pasquel y Alejandra Guzmán.

Como cualquier familia, las Pinal viven momentos tensos, pero también otros llenos de cariño con grandes anéc

dotas que contar, como cuando se reúnen todos en Navidad o el 10 de mayo, las fechas en las que la mayoría de sus integrante­s coinciden.

Hace tres meses, y por motivos personales, Sylvia cambió de residencia a otra ciudad, y cuando su madre estuvo hospitaliz­ada, no pudo regresar a la Ciudad de México inmediatam­ente, lo que causó algunos comentario­s por parte de Alejandra Guzmán, su media hermana, quien dio a entender que ella y su hermano Luis Enrique eran los únicos que habían ido a visitar a su mamá al hospital.

“Creo que para todos esto fue –además de una sorpresa– algo que nos hizo pensar en muchas cosas, como por ejemplo, que uno debe estar más cerca y que más que venir a visitarla, es pasar tiempo de calidad”, reconoce Sylvia, primogénit­a de Pinal.

“Sí me la llevo a comer, de repente la invito al teatro, pero el trabajo también me da periodos en los que estoy fuera y que no puedo estar viéndola. De alguna manera te das cuenta de que hay que cuidar que esté bien, feliz, sana, cómoda y que también ahora es propensa a determinad­as situacione­s relacionad­as con la salud”.

AMOR A PRUEBA DE TODO

En esta entrevista, con sólo tomarse de la mano han dejado claro que la relación entre madre e hija sigue intacta. Están bien y tienen las cuentas claras, que es lo más importante; sin embargo, no sucede lo mismo con Alejandra, con quien Sylvia prefiere no entrar en polémica.

NUNCA VOY A HABLAR MAL DE MI HACER”. FAMILIA NI LO PIENSO —Sylvia Pasquel

“Honestamen­te no tengo nada que decir al respecto porque nunca voy a hablar mal de mi familia ni lo pienso hacer. Somos familia, nos queremos, nos respetamos y al final del día, todo pasa. (Alejandra) es una niña a la que quiero muchísimo y trato de llevarme bien con ella y con todo el mundo; soy una persona de paz, no me gustan los chismes, las mentiras ni tampoco me ando metiendo en la vida de nadie”, comenta Pasquel con esa serenidad que la caracteriz­a.

El problema de salud de Pinal también sacó a la luz las rencillas que existen entre la nieta de Pasquel, Michelle Salas, y su sobrina, Frida Sofía (hija de Alejandra).

Pero Sylvia, siguiendo su máxima de amor y respeto por los suyos, una vez más evita meterse en este asunto y confía en que, como siempre ha pasado, se limen las asperezas “Al final del día, con las únicas personas con las que cuentas es con la familia. No voy a opinar al respecto porque no quiero provocar ningún pleito ni quiero ser partícipe de ninguno. Prefiero hablar cosas bonitas de mi familia porque hay que ser agradecido­s y yo tengo muchas cosas por las que dar gracias a Dios, que ha sido muy generoso conmigo. Me ha dado mis jalones de orejas, me ha puesto muchas veces en mi lugar, pero a eso vine, a aprender, a ser feliz y en este momento lo soy. No voy a permitir que nada me saque de ese estatus que me ha costado tanto encontrar”, dice la actriz. Silvia Pinal está en la misma sintonía que Pasquel, y prefiere que sean Michelle y Frida quienes arreglen sus problemas sin intermedia­rios. “Ni me metan en eso. Yo quiero muchísimo a Michelle y también a Frida Sofía. Son hijas de mis hijos, son parte de mí y si me necesitan, estoy, y cuando quieran, estoy. Son cosas que considero no son tan graves, así que mejor que lo arreglen ellas, que todo quede en paz, que es necesario que se viva eso en una familia”.

MÁS UNIDAS QUE NUNCA

Aunado a las diferencia­s entre Alejandra y Sylvia, la dinastía Pinal ha estado en el ojo del huracán últimament­e debido a la bioserie Silvia Pinal, frente a ti, producida por Carla Estrada. La historia ha dejado al descubiert­o no sólo

“HAY QUE CUIDAR QUE MI MAMÁ ESTÉ BIEN, ”. FELIZ, SANA, CÓMODA... —Sylvia Pasquel

LOS PLEITOS ENTRE MICHELLE Y FRIDA SOFÍA SON COSAS QUE CONSIDERO NO SON TAN GRAVES, ASÍ QUE MEJOR ELLAS” . QUE LO ARREGLEN —Silvia Pinal

la vida profesiona­l y personal de doña Silvia, sus amores y sus fracasos, sino también ha tocado periodos muy difíciles que ha vivido, como el fallecimie­nto de su segunda hija, Viridiana Alatriste, o los momentos álgidos que tuvo con Pasquel, quien a mediados de los años ochenta tuvo una relación con una expareja de Pinal, Fernando Frade.

La familia se fracturó durante algunos años y dejaron de hablarse, pero una vez más, madre e hija demostraro­n su asombrosa capacidad de superar cualquier adversidad.

“Hace mucho que está la relación bien, como debía haber estado siempre, pero bueno, ya pasó todo”, asegura Pinal, quien agrega que su reconcilia­ción no tuvo tanto que ver con el perdón, sino con algo mucho más fuerte que se llama sangre. “Ahí no hay palabras de perdón; hay convivenci­a, sangre de por medio, hijos de por medio, recuerdos, historias... son muchas cosas que no puedes borrar”.

La diva anuncia que aún tiene cosas que decir a su hija que quizá jamás las sabrá, pero eso no es lo importante. “No le he dicho muchas cosas, pero ella sabe que yo la quiero mucho, ella me respeta, me quiere, nos llevamos bien”.

El caso de Sylvia es distinto, porque la bioserie ha vuelto a abrir heridas que creía ya estaban cerradas y que prefiere mantener lejos de su presente. Sin embargo, debido a las circunstan­cias actuales, ha sido gracias a su fe en Dios que ha podido volverlas a superar más de 30 años después.

“Lo que pasó, pasó. Ese capítulo ya se perdonó, se habló y se superó. A 40 años, vuelve a tener una resonancia, y lo único que puedo hacer es rezar y decirle a Dios, ‘¿Por qué estás poniéndome esta prueba otra vez?’. Nadie puede juzgarte por lo que has hecho y, en ese caso, vale más ser una persona amorosa y comprensiv­a que una justiciera castigador­a. Al final, lo que tú hagas bien o mal se te regresa. El destino nos alcanza”.

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