COLOSIO 2020
El hijo del excandidato a la presidencia escribe su propia historia en el ámbito político.
Dicen los expertos que el nombre de Luis Donaldo Colosio ha sido “manoseado” de forma indiscriminada por los medios y los partidos. Series, películas, documentales y libros han abordado el caso a profundidad. Hoy la política mexicana tiene otro Colosio, parecido en algunas cosas, pero distinto al excandidato a la presidencia, asesinado el 23 de marzo de 1994.
Aunque Nació en Sonora, como su padre (que este año habría cumplido 70 años), la vida de Luis Donaldo Colosio Riojas está en Monterrey. Ahí conoció a su esposa, se graduó como abogado y nacieron sus hijos. Fue ahí también donde hace menos de dos años empezó su carrera en la política.
Lo entrevistamos en su oficina en el Congreso de Nuevo León, a donde llegó después de que varios partidos, grandes y pequeños, se le acercaron para convencerlo de entrarle al servicio público. Recibió su primera oferta cuando tenía 21 años. Le propusieron ser diputado federal plurinominal, en el que bastaba un simple “sí” para pertenecer a la élite política nacional. “Me pareció una falta de respeto y algo muy irresponsable porque se trataba de un escuincle de 21 que no estaba listo para esto”, recuerda Colosio.
Movimiento Ciudadano fue el partido que lo convenció. La oferta incluía empezar desde abajo como diputado local y regresar el nombre Luis Donaldo Colosio a las boletas electorales, esta vez como candidato por el distrito IV de Nuevo León. Ganó con casi 35% de los votos, barriendo a candidatos de partidos de tradición como Acción Nacional y el Revolucionario Institucional, el de su padre.
En Nuevo León se habla de él como un posible candidato a la gubernatura del estado e incluso que tiene aspiraciones presidenciales, pero por ahora prefiere enfocarse a sus labores como diputado, aunque no descarta La Silla Grande. “Estoy en un nuevo capítulo de la historia del país que comparto con mis contemporáneos. Luis Donaldo Colosio soy yo, y mi hijo, porque también se llama así”.
Le gusta que le digan que su padre era un buen hombre y que iba a cambiar al país, pero es consciente de que eso no pudo ser. Ahora escribe otra historia en un partido joven y con un estilo político desenfadado que incluye tenis, jeans y camisas con mangas arremangadas, como se le ve en eventos públicos y en las redes sociales.
“Mi ‘apá quería que yo fuera del Norte, que fuera sonorense, pero yo más bien soy norteño de Monterrey. No juego beisbol como se muestra en la serie de streaming sobre mi padre, aunque si le tengo que ir a un equipo, estoy más con los Sultanes de Nuevo León que con los Naranjeros de Hermosillo”, afirma entre risas.
Le gusta el futbol. Su equipo son los Rayados, pero reconoce que no es tan bueno en la cancha y que “nomás no da una”. Trata de llevar una vida como la de cualquier ciudadano; es cercano al pueblo, demuestra humildad, honestidad y esfuerzo, algo que, dice, le hace falta al gobernador, Jaime Rodríguez “El Bronco”, a quien describe como arrogante, irrespetuoso y poco preparado.
A AMLO lo percibe como honesto y con buenas intenciones, pero también como a alguien a quien a veces le falta humildad y autocrítica. “La 4T es un proyecto ambicioso. Como concepto idealista está bien intencionado, pero paupérrimamente ejecutado”, finaliza el político de 34 años.