LOS VESTIDOS PREAMADOS DE PAULINA TAMÉS
Vestidos de novia preamados, cargados de puro amor y buenas vibras, Lina es la boutique creada por Paulina Tamés que recupera la inversión de novias pasadas y hace felices a otras a través de la compra con conciencia.
Pregúntale a tu mamá, abuela, tía, amiga o suegra qué hicieron con su vestido de novia después del día más feliz de sus vidas. Probablemente las respuestas serán las siguientes: a) están guardados en el baúl de los recuerdos (y acaparando espacio que podrían usar), b) lo están custodiando para que algún día su propia hija lo utilice (hay que recordar que las tendencias cambian y ese escenario se vuelve complicado después de 30 años).
Una vez felizmente casada ese fue el gran dilema al que se enfrentó Paulina ¿Donarlo o venderlo? Ambas eran opciones viables y, después de todo, ella sabía que un vestido así de especial merecía una vida más larga. Hacerlo por su cuenta era difícil y fue entonces cuando se le ocurrió crear Lina, una boutique que se encarga de vender vestidos de novia preamados con el fin de sembrar la idea de sustentabilidad en las bodas. Despedirse de la moda de un solo uso y apostar por las compras con conciencia, ese ha sido el grano de arena que ha aportado la tienda que ha hecho felices a pasadas y futuras novias desde hace ya más de un año. Además, cada vestido incluye buenas vibras a través de una nota con los deseos de la novia pasada, haciendo que un vestido enlace dos historias.
¿Cómo funciona? Las novias que quieren vender su vestido se lo dan a Paulina a consignación; ella, a cambio, ofrece almacenaje y cuidado del vestido, fotografías profesionales, presencia en el catálogo y en su página de internet (linabridal.mx) así como la comercialización de la prenda. Claro, el vestido pasa por algunos filtros: debe estar en buen estado (aunque pueden arreglar ciertos detalles) y no tener más de tres años. En Lina, hay mucha variedad en estilos y marcas, también puedes encontrar tocados, velos y zapatos preamados. Lo más padre es que esta marca trata de ser un proyecto integral ya que las fundas que utilizan para los vestidos están hechas con material reciclado y apoyan a diferentes proyectos sociales.
“BUSCO NORMALIZAR LA IDEA DE QUE COMPRAR UN VESTIDO USADO NO TIENE NADA DE MALO AL DARLE UNA SEGUNDA VIDA A UNA PIEZA QUE FUE VIVIDA POR ALGUIEN MÁS EN UN DÍA TAN ESPECIAL.”