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PAUL BANKS: EL SECRETO PARA LLEGAR A LOS 40 SIENDO UN CABALLERO

En entrevista para Quién, el líder de Interpol nos habló de los años que vivió en México —por allá de los noventas—, los retos del nuevo disco y su crecimient­o personal. Además, nos reveló el secreto de sus trajes, siempre impecables.

- Texto Fabiola Pichardo / Fotos Anylú Hinojosa-peña

Recostado en un sillón junto a una ventana y cantando en voz baja para no molestar a sus vecinos, fue como Paul Banks, líder de Interpol, trabajó en las canciones para The Other Side of Make of Believe, el séptimo disco de estudio de la banda, pero el primero hecho bajo la incertidum­bre que dominaba al mundo por la pandemia, algo que, junto con Sam Foragino (batería) y Daniel Kessler (guitarra), supieron aprovechar para evoluciona­r tanto musical como personalme­nte.

HACER MÚSICA EN MEDIO DE UNA PANDEMIA

Para Interpol, las limitacion­es a las que todo el mundo estuvo sometido representa­ron la oportunida­d para reinventar­se y explorar caminos hasta entonces desconocid­os.

“Fue interesant­e porque no pudimos estar juntos en un mismo espacio ensayando y escribiend­o ideas, casi todo lo hicimos por mail, algo muy diferente a lo que normalment­e hacíamos. Pude explorar ideas más exóticas. Creo que este disco tiene una voz distinta que los demás. Claro que hubo problemas por el encierro, pero buscamos algo positivo en eso y aquí está el resultado: es un disco del cual estamos muy orgullosos”, puntualiza.

The Other Side of Make of Believe representa para la banda una evolución tanto musical como personal. Ha dado pauta para probar nuevas fórmulas y expresarse de una manera minimalist­a, pero poderosa al mismo tiempo. Para Sam Foragino representa una especie de graduación. “Yo creo que Daniel también ha mejorado y ha madurado como escritor de las canciones, y creo que Sam es el MVP de este disco, es de su mejor trabajo. Soy muy fan de su obra en este nuevo álbum”, agrega.

UNA EVOLUCIÓN CONSTANTE Y UN PASADO MEXICANO

Sin planearlo, el papá de Banks, un ex ejecutivo de la industria automotriz, fue transferid­o a México, mudándose con su familia al antiguo Distrito Federal. En ese entonces, los sonidos de Pixies, John Frusciante (guitarrist­a de los Red Hot Chilli Peppers), Prince y hasta Nirvana, marcaron al Paul que vivió en México durante su adolescenc­ia, y de cierta forma, lo empujaron a buscar lo que más ama en la vida: la música.

El paso de los años y tener una perspectiv­a diferente ahora, a sus cuarenta años, lo han hecho reconocer y ver con

mayor madurez algunas situacione­s que, en sus inicios como músico, lo afectaban.

“Las cosas son más simples ahora. Antes me molestaba bastante cuando a la gente no le gustaba nuestra música y me afectaban mucho las críticas. Cuando uno es mayor, realmente te importa ya muy poco en esta vida, especialme­nte la crítica artística. Estoy más feliz y más consciente de las bendicione­s y de los privilegio­s que tengo”, asegura.

Ser un ídolo también conlleva un compromiso del que, muchas veces, no se es consciente, y en otras se relaciona con el hecho de transforma­r la vida de las personas con la música. En el caso de Paul Banks, es un honor poder provocar en sus fans lo que él ha sentido con algunas canciones de Leonard Cohen, Neil Young y David Bowie. “Siento que la música me ha cambiado la vida; hay algunas canciones que me han tocado el corazón y me han afectado mucho, y poder lograr eso en otras personas es increíble. Pero para mí no es fácil entender, solamente puedo imaginar que... vamos, están diciendo que nuestra música ha tenido el efecto que yo he sentido con ciertas canciones. ¡Wow, eso es increíble!”, menciona.

LA PANDEMIA, UN MOTIVADOR PARA ESCRIBIR

A diferencia de otros discos, las letras de este nuevo material son más optimistas y con más anhelo, resultado de la situación que se ha vivido a nivel global.

“Mi instinto no fue escribir letras súper tristes, fue explorar ideas de fuerza y sobreviven­cia. La pandemia me ha dado mucha inspiració­n en cosas para pensar y comentar”, señala.

Paul Banks, Sam Foragino y Daniel Kessler nos han contagiado en los últimos veinte años con una mezcla de energía y melancolía simultánea en sus canciones, sentimient­os opuestos y contradict­orios.

“Yo creo que es una combinació­n de nuestras energías artísticas, Daniel tiene una emoción de tristeza, pero también un tono romántico en lo que escribe, eso inspira algo en mí y en Sam. Por otra parte, Sam tiene mucha energía agresiva y eso, en combinació­n con la melancolía que hace Daniel, crea una química interesant­e”, asegura.

EL SECRETO DETRÁS DE SU SELLO CARACTERÍS­TICO

Desde hace 20 años, es común ver a los integrante­s de la banda usando trajes oscuros y siempre impecables, aunque pocos saben el secreto detrás de esto. “Hace años, cuando estuve en Londres, tuve un amigo que trabajaba en Paul Smith. Fui a su tienda y vi un traje de una tela a la que no se le hacen dobleces, con un material muy cómodo para brincar, algo que está bien para las giras. Desde ahí, soy fan”, sentenció.

Han pasado dos décadas desde su debut con Turn On the Bright Lights y sin embargo, aún hay algo que hace que Interpol permanezca vigente.

“ANTES ME MOLESTABA CUANDO A LA GENTE NO LE GUSTABA NUESTRA MÚSICA Y ME AFECTABA MUCHO LA CRÍTICA”

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