La buena es Loretta
“La línea es que no hay línea”. Frase acuñada en viejo régimen priísta, para supuestamente explicar que el presidente en turno no inclinaba la balanza hacia nadie en la sucesión, ni en el sentido del voto de los legisladores.
Hoy esa frase vieja revive en los nuevos tiempos de la “Cuarta Transformación”. El presidente Andrés Manuel López
Obrador ayer la ocupó para decir, según él, que no hay dados cargados en la terna que envió al Senado para elegir a la nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Sí, ministra, aunque en la terna vaya un hombre, Juan Luis González Alcántara.
También otra mujer, Celia Maya García, magistrada en Querétaro, pero de chocolate.
No necesita tirar línea para que los senadores de Morena, PT y Encuentro Social sepan por quién votar. Todos saben que la más cercana a López Obrador es Loretta Ortiz Ahif. Es esposa de su amigo, José Agustín Ortiz Pinchetti, el autor de la biografía del tabasqueño: AMLO, con los pies en la
tierra. También él es quien está escribiendo
la Constitución Moral del gobierno de López
Obrador. Ella fue la responsable de los Foros para la Pacificación.
¿Qué tanto cambia la tendencia en la SCJN con la nueva ministra? Casi nada. La mayoría de ministros siguen siendo de perfil conservador. Son seis, contra cinco liberales. Se fue un liberal, José Ramón
Cossío, y llega una liberal.
Otras condiciones están también dadas para que sea Loretta Ortiz: se cubre la cuota que hay en la composición de la Corte: seis ministros de carrera Judicial y 5 externos. Se va un externo y llega una externa.
También le ayuda que hay mucha presión para que se abran más espacios para la participación de las mujeres en la Corte. Ahora son dos de 11; con Loretta Ortiz serán tres.