“Me intubaron dos veces y vencí al Covid”
“Me pusieron el ventilador y me hicieron una traqueotomía, que es una cánula en la garganta y por ese tubo respiro el oxígeno y para colmo de males se me formaron dos úlceras”.
Después de dos meses internado por Coronavirus, Juan Almeyda dejó el hospital ‘Juan Graham’, de Villahermosa. El día que salió lloraron de felicidad sus familiares, amigos, los médicos y las enfermeras que lo atendieron.
Su familia que no lo veía desde que lo dejaron en urgencias el 20 de abril, con una saturación de oxígeno del 80 por ciento, lo esperaban con alegría a las puertas del hospital.
Juan tocó los linderos de la muerte, pero también la campana de la vida, porque sus médicos y enfermeras no se dieron por vencidos, su familia menos; elevaban oraciones al Creador pidiéndole misericordia para que recuperara la salud.
“Las plegarias fueron escuchadas y hoy, aunque aún estoy convaleciente se puede decir que he salvado la vida”, expresó.
Tiene 56 años y en su página de Facebook como sobreviviente del Covid-19 ha solicitado a los tabasqueños que se cuiden, que no se relajen, que no bajen la guardia, porque, asegura, que caer en las garras del virus sólo produce tormento y dolor.
—¿Recuerda cómo se contagió?
Desconozco. La verdad salía a lo indispensable, a veces salía a hacer algunas compras y con todos los cuidados, pero en ese tiempo ya estaba la fase que en cualquier lugar podía uno contagiarse.
—¿Cómo empezaron sus síntomas?
Empecé con una tos leve y garraspera en la garganta, al tercer día me empezó a subir la temperatura; tuve fiebre de 39 y 40 grados, intensos dolores de cabeza y en el cuerpo, así permanecí en casa por seis días tomando medicamentos y té.
—¿Cuándo empezó la crisis y decidió ir al hospital ?
A los siete días de estar en casa ya no pude levantarme y empecé a asfixiarme y mi saturación bajó a 85, y mi hijo llamó a una ambulancia del Sistema Estatal de Urgencias.
Debo señalar que la atención fue muy efectiva a tiempo y me llevaron al hospital ‘Juan Graham’, eso fue en el mes de abril y desde entonces estuve hospitalizado.
Me dijeron que los que tenemos sangre A positivo corremos mayor riesgo; bendito Dios a muchos les da el Covid pero su problema es muy leve, pero a mi me dio muy fuerte, sólo que Dios me hizo el milagro.
—¿Cómo le fue en el hospital?
Estuve dos meses internado en el hospital ‘Juan Graham’ y dos veces me intubaron.
Tambié me pusieron el ventilador y me hicieron una traqueotomía, que es una cánula en la garganta y por ese tubo respiro el oxígeno y para colmo de males en los dos meses como no me movían de la cama hospitalaria se me formaron dos úlceras (sacras) grandes que tardan en sanar de 2 a 3 meses, y no puedo hablar ni caminar, me voy recuperando lento.
Te comento también que durante el tiempo que estuve en el hospital, y ya consciente, se vive una pesadilla, era terrible escuchar tantos gritos y lamentos de los enfermos, ver muchos que mueren, los envuelven en naylon negro como si fueran paquetes de entrega, es lo más horrible y no se lo deseo a nadie.
Allí uno pierde la noción del tiempo, te cambia el horario del sueño, duermes a veces de día y de noche. Vives desconectado del exterior, no hay ni tele, ni radio, absolutamente nada.
Cuando salí del hospital hasta el aire te sabe diferente, es otro mundo, uno muy diferente al que gracias a Dios tuve la oportunidad de regresar. Cuando me restablezca, primero Dios me reeincorporaré a mis actividades y daré testimonio del poder grande de Dios y de la experiencia vivida.
—¿Cómo venciste al Covid-19?
Lo vencí porque Dios así lo dispuso y porque usó a médicos y enfermeras. Mi agradecimiento al hospital ‘Juan Graham’ por la atención que me dieron oportuna y en especial al personal médico y enfermeras del Módulo 8, al doctor Brito, al doctor Ocaña, y muy especialmente al doctor Alfredo Hernández Aguirre quien estuvo informando constantemente sobre mi estado de salud.
Mi corazón está lleno de agradecimiento con las enfermeras Liliana Martínez Frías, Nelly, Deysi; todos los días le pido a Dios que las proteja ya que constantemente están en riesgo en el área del módulo Covid.
Mi eterno agradecimiento con mi familia que continúa dando seguimiento a mi recuperación y no me han dejado ni un sólo momento.
—¿Quedarán secuelas de esta enfermedad ?
Mis pulmones quedaron afectados. Siento mucho cansancio, mi ritmo de vida ya no será igual, mi saturación de oxígeno es entre 93 a 96 por ciento. Mi vida no será igual.
Ver muchos que mueren, los envuelven en naylon negro como si fueran paquetes”.
Se vive una pesadilla, era terrible escuchar tantos gritos y lamentos de los enfermos”.