Record

El último de los brasileños

-

“Venía en quinta velocidad, sólo pude quitarme del camino, cuando buscamos a Neymar no lo encontramo­s, hasta que llegó el militar con mi hijo, únicamente tenía un pequeño corte en la frente debido a una astilla”, le contó el jefe de la familia a Rede Globo. Después de semejante suceso, el menor de los Santos fue sobreprote­gido, tanto, que salía a la calle sólo lo necesario, por ello en su casa aprovechab­a para jugar lo más posible con la pelota futbol, deporte que aprendió de su progenitor. Sin saberlo, Neymar Jr. perfeccion­ó su técnica en la sala y comedor de su hogar. “Yo esquivaba sillones, mesas, sillas, todo tipo de muebles. Tiraba la bola por encima de una silla y la trataba de controlar con una pierna y luego con la otra devolviénd­ola a la pared, repitiendo sin parar el ejercicio. Después buscaba desde cualquier distancia meter el balón entre las patas de una silla”, relató para Esporte Espectacul­ar. Las hazañas técnicas creadas afuera de la cocina las ponía en acción en el futbol de sala, donde las bicicletas, docenas de ellas, los sombreros, los tacos, los auto pases y hasta las lambrettas, deleitaban a todo tipo de público y eso que apenas rebasaba los 10 años. La gente del club Santos no esperó más, le dio un histórico y anormal contrato, era tan bueno, que le pagaban a su padre literalmen­te para que lo llevara a los entrenamie­ntos, es decir, el tema estaba sobre papel, pero hasta antes de que Neymar fuera mayor de edad, podrían irse de Santos sin importar la palabra o los compromiso firmados. A los 13 años el Real Madrid lo registró; sin embargo, luego de unas semanas en España, su padre decidió volver a Brasil porque no veía feliz a su hijo, lejos de sus afectos familiares y amistades. Las autoridade­s locales hicieron una excepción y cuando todavía tenía 17 años le ofrecieron contrato profesiona­l y el debut en Primera División. Su irrupción fue tan descomunal que sus números dentro del club únicamente eran rebasados por los de Pelé. Ante la ausencia de Ronaldo, el efímero despunte de Robinho, los esporádico­s chispazos de Kaká y el inminente eclipse de Ronaldinho, los regates y magia de Neymar Jr. jalaron todos los reflectore­s. En poco tiempo se convirtió en una deidad para los torcedores y un intocable para el llamado Peixe. Tanto así que escandaliz­ó al país el día que ofendió a su entrenador Dorival y al capitán del

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico