No cambió nada la humillación:
Los expertos de RÉCORD consideran que no pasó nada en la Selección Mexicana tras el 0-7 ante Chile en el 2016.
¿Qué aprendimos de aquel 0-7 ante Chile?
Que nuestra FMF puede tener paciencia, si no corrió en ese momento a Osorio, demostró que endureció la piel para morirse con su idea, para defender su proyecto. La generación saliente no aprendió mucho. Espero que la camada venidera haya entendido que ante equipos de talla mundial, no se puede especular. No sé si aprendimos algo como Selección, pero al entrenador en turno le dejó la lección de saber manejar los partidos, aun en las derrotas. No aprendimos nada. Lo enterramos. Lo metimos bajo la alfombra, junto con toda la basura que el futbol mexicano ha acumulado durante muchos años.
¿En qué nos cambió el 0-7 ante Chile?
Fue un cubetazo de agua helada que nos aterrizó en una cruda realidad, que nos hizo recordar que aunque tenemos grandes expectativas, falta más que deseos. Nos cambió a todos, quizá para evitar inflar tanto a un globo que durante tres Mundiales vivió siempre en duda y sin exigencias reales a sus alcances. No vi un cambio radical. Muchos lo tomaron como un accidente del futbol, particularmente y para el futbol mexicano, no creo que haya un antes y un después de ese juego. El que más sufrió las consecuencias del 0-7 fue Juan Carlos Osorio. Me parece que lo marcó definitivamente con la Selección, porque nunca pudo recuperarse de ello.
De los grandes accidentes se aprende el dolor y a no confiarse. Pero hay huellas y dolores más intensos, Chile hubiera cambiado el 0-7 por haber estado en el Mundial. Ubicar al futbol mexicano en su real nivel en la cancha. A no menospreciar al rival antes de jugar y, sobre todo, a ser más responsable como Seleccionado Nacional. Aprendimos que la fortaleza de México pasa por lo colectivo, que no tenemos individualidades que puedan rescatar un fracaso, aprendimos a conocer nuestra fragilidad. Fue un golpe a la soberbia del futbol mexicano y sirvió para entender que nuestro balompié no ha crecido como se había mencionado. Que no son tan malos como aquella noche trágica contra Chile, ni tan buenos como contra Alemania. Aprendimos que el futbol a veces puede ser muy cruel. En muy poco, una goleada de esa magnitud produce un daño muy grande al orgullo, pero no cambia nada en lo futbolístico y táctico. En nada. Marcó a algunos jugadores, hirió a un grupo de seleccionados y hasta ahí. No pasó nada. Cambió la forma de asumir riesgos, en la forma de vernos al espejo, ya que ahora vemos una Selección que muy fácil pierde el camino sin capacidad de respuesta. Esa estrepitosa derrota hacía creer que vendría un cambio de fondo, pero al final el 0-7 quedó en una anécdota. No cambió nada. La Selección Mexicana sigue siendo la inconsistencia en el estilo. Juega mejor contra los mejores y peor contra los peores.