Un ridículo que se pudo evitar
Nos has roto el corazón, querido Estadio Azteca. Nos quedamos sin ver el mejor partido de la temporada de la NFL por un error de cálculo administrativo y, peor aún, por la falta de criterio para comprender hace semanas que esa cancha no quedó, ni quedaría, en forma para hospedar un partido de cualquier deporte que sea profesional.
La decisión de cambiar la cancha que había servido por años fue tomada en el peor momento, justo en la antesala de una temporada de nuevo con dos locales y en la época de lluvias más intensa. Me cuesta trabajo que desde la dirección del Coloso de Santa Úrsula o de Televisa, incluso del América, no se pidió posponer el cambio.
Es cierto que no ayudaron los diluvios en la CDMX, pero fueron la pésima instalación y la sobrecarga de eventos, deportivos y de espectáculos, lo que le dio en la torre al precioso terreno que siempre había caracterizado al templo futbolero de nuestro país.
Te cuento un dato que no se había revelado: la empresa costarricense que instaló la cancha nueva ya había puesto una similar en la Universidad del Futbol en Pachuca, el resultado: desastre total, tuvieron que quitar y volver a poner. Hoy tienen un terreno en vías de ser trasladado al Estadio Hidalgo. Hubo planeación y criterio para seguir avanzando con el proyecto en el camino adecuado.
Rams presionó para llevárselo
Encontraron el pretexto perfecto: fue Rams el equipo que presionó en la última reunión con NFL y el Estadio Azteca para sacarlo de la Ciudad de México y moverlo a Los Angeles. El tremendo descuido de la administración del templo futbolero les dio el argumento ideal para lograr llevar a casa el partido más espectacular que se jugará en temporada regular.
La NFL establece en su reglamento que el local administrativo que salga de EU debe tener su estadio listo para cualquier contingencia. Me cuentan que la gente del equipo angelino festejó en grande cuando se tomó la decisión final. Ni modo, el Azteca les dio las armas para ganar la batalla. Querido Azteca, nos has roto el corazón.