S emana del nuevo Clásico Mexicano

Camina como pato, hace como pato, entonces es... Así, el duelo entre América y Tigres, que muchos se resisten aún a ponerle la etiqueta que se ha ganado, que merece a pulso por la rivalidad forjada en los últimos años: es un Clásico. Si prefieren, que sea ‘Clásico de la Década’, pero ya tiene elementos para llamarlo así.

Y agárrense, porque esta semana hay dos ediciones: mañana por la Leagues Cup y el sábado por el Apertura. Aunque no seas aficionado de uno de éstos, estarás pendiente del partido, si te gusta el espectáculo, porque a eso nos acostumbraron este par de protagonistas.

No sólo por lo que cada uno ha cosechado esta década, los dos más ganadores, sino por sus salvajes duelos, en torneo regular, eliminatorias y finales. Es la nueva rivalidad que necesitábamos, que se hace espacio entre los clásicos tradicionales.

América y Tigres se parecen tanto que causa escalofrío: ambos son económicamente fuertes, con planteles poderosos, repletos de seleccionados, y los técnicos de mayor continuidad en el banquillo; sus aficiones son de las más intensas, una regional y la otra nacional; hasta sus estadios son similares: cuentan con los aforos más amplios, aunque son viejos. Hasta en los colores se parecen, sólo varía el tono del amarillo, y ambos comparten el azul como secundario. Dos gemelos en batalla feroz.

Quien no quiera llamarle ‘Clásico’ se aferra al pasado, es reticente al cambio, a lo nuevo. La rivalidad se lo ha ganado en la década y esta semana se demostrará: América-Tigres es el nuevo Clásico del futbol mexicano.