Lucha para ser el mejor
El timbre sonó y Anthony Davis se levantó del asiento en el que reposaba tras una noche perfecta en la que brilló como nadie para liderar la primera victoria en el regreso de los Lakers a Las Finales tras una década de ausencia. El trabajo estaba hecho desde mucho antes que terminara el partido, lo logró basado en una determinación forjada desde el momento en que la frustración por nunca haber alcanzado estas instancias apaciguó su irrupción en la NBA.
Era la primera vez de La Ceja en una serie final luego de siete temporadas en las penumbras de un equipo alejado del protagonismo como Nueva Orleans Pelicans. Y LeBron James lo entendió. Con su retorcido colmillo desarrollado por la infinidad de batallas que carga a cuestas, entendió que su escudero estaba ávido de protagonismo y que para eso lo había pedido en Los Angeles como niño encaprichado en víspera de Navidad.
"LeBron es un tipo con grandes cualidades, pero sobre todo, muy inteligente. Sabía perfectamente que Anthony es su complemento, Davis tiene un juego perfectamente agregado al de James, entonces sí él lo pidió fue porque tenía razón.
"Desde hace tiempo sabemos que LeBron James modera muchas cosas en los equipos donde juega, haber pedido a Anthony Davis fue una orden que él dio con sobrada razón y el tiempo le dio la razón, fue la decisión correcta", dijo a RÉCORD el comentarista Enrique Garay.
Vivir en la era de LeBron James, Stephen Curry, James Harden y Giannis Antetokounmpo no ha sido impedimento para que La Ceja luche por ser el mejor de la NBA, y para muestra, lo que hace con Los Angeles. "Rivaliza por ser el mejor jugador con Giannis y LeBron, es un fuera de serie y él manda en los Lakers sin dudas", lanzó Enrique Garay.
El delantero de poder de 27 años registró 34 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias en su primer partido de Finales para comandar el triunfo angelino por pizarra de 98-116 sobre Miami. Los Lakers registraron el 45.2 por ciento de efectividad en sus tiros de campo con una seguidilla de 77 puntos contra sólo 30.
"Davis hace la diferencia. Es un jugador joven, con unas cualidades increíbles, de 2.13 que tira triples, que penetra, que rompe la defensa y que obviamente juega bajo el tablero, es un jugador excepcional y probablemente sea el segundo mejor de la NBA", afirmó Garay.