Germán Rosero, el nuevo testigo contra ‘El Chapo’
La Corte Federal de Brooklyn presentó a otro testigo en contra de Joaquín “El Chapo” Guzmán. En su segunda declaración, Germán Rosero explicó cómo fue su relación con el sinaloense.
Rosero, quien era el enlace entre el cartel colombiano del Norte del Valle y el Cartel de Sinaloa, dijo que conoció a Guzmán en febrero del 2002 en una casa de campo a las afueras de Culiacán, el bastión del grupo criminal que lideraba “El Chapo”.
El testigo le aseguró al juez Brian Cogan y al jurado presente en el Congreso que cuando se quedó de ver por primera vez con el capo mexicano éste lo esperó vistiendo una gorra negra y rodeado de guardaespaldas que portaban rifles AK-47.
El capo añadió a su relato que el motivo de aquel encuentro era discutir un envío de dos toneladas de cocaína procedentes de Colombia a México, las cuales había mandado su jefe: Juan Carlos Ramírez Abadía, alias “El Chupeta”. Debido a que esa mercancía incluía 600 kilos de droga de menor calidad, ambos se volvieron a ver, pero esa vez en las montañas. En ese lugar, Guzmán logró que sus socios colombianos le descontaran 500 dólares por cada paquete de polvo blanco de baja calidad.
De acuerdo con el relato de Rosero, quien ejercía de abogado antes de entrar al mundo del narcotráfico, vio en persona a “El Chapo” en unas seis u ocho ocasiones. Dijo que siempre debía comunicarse a través de un operador del Cartel de Sinaloa que lo ponía en contacto con el capo sinaloense. Después, esperaba en algún hotel para que lo recogieran y lo llevaran en avioneta de regreso a las montañas.
La mayoría de las reuniones entre “El Chapo” y Rosero se realizaron en ranchos ubicados en el llamado Triángulo Dorado, la sierra que abarca los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, el territorio del enjuiciado.
El testigo narró que acostumbraban transportarse en avionetas antiguas que no le daban confianza, confesó, pero que los pilotos le brindaban seguridad al decir que eran aviones que tenían los mejores servicios.