MORDIDA MILLONARIA
Steven Spielberg convirtió a Tiburón en un éxito de la pantalla grande por sus efectos especiales y desde entonces el reinado cinematográfico de este depredador crece a la par de las ganancias que se obtuvieron por ésta y otras cintas con tramas similares
Sol, playa y un tiburón letal. Esta combinación de Steven Spielberg provocó que millones de personas pensaran dos veces en entrar al mar. Hasta la fecha el sentimiento persiste.
Fue en 1975 cuando el joven cineasta le dio vida a la categoría “éxito de taquilla de verano” con Tiburón y no solo eso también logró la mayor recaudación de la historia al ganar 471.8 millones de dólares (mdd) con un magro presupuesto de 7 mdd.
A 45 años de haber dado la mordida millonaria, Spielberg es considerado como el genio de la ciencia ficción y posee una fortuna estimada en 3 mil 700 mdd e ingresos anuales por el orden de los 150 mdd.
Para sus propias películas, el guionista suele negociar un salario inicial relativamente bajo de 10 mdd.
Es la segunda celebridad más rica del mundo detrás de su colega el padre de Star Wars, George Lucas, quien acumula 6 mil 500 mdd, de acuerdo con datos del sitio Celebrity Net Worth.
Por su parte, Tiburón se mantiene como una de las películas míticas en la industria cinematográfica por sus efectos, guion y el famoso soundtrack del artista John Williams.
A la primera producción le siguieron tres más, aunque ya no bajo la tutela del director estadounidense, pues se sabe que no logró llegar a un acuerdo con los desarrolladores.
La ausencia de Spielberg se vio reflejada no solo en la realización de las cintas, también en su taquilla.
Tiburón 2 (1978) sumó menos de la mitad de su antecesora: 187.8 mdd.
La tendencia se replicó en el resto de las secuelas, cinco años después apareció Tiburón 3-D, que además de recibir múltiples críticas recaudó unos 87.9 mdd.
La última aventura de esta franquicia fue Tiburón, la venganza (1987), que acumuló apenas 51.8 mdd, con esto la famosa saga experimentó su inevitable muerte.
Miguel Cane, escritor y crítico de cine, opina que, más que pionero, Steven Spielberg fue innovador en todo lo que se propuso, porque el género de aventuras en el mar existe desde la década de los 30, pero los efectos mecánicos y visuales del cineasta hicieron que superara todo lo antes visto.
Además que cuando se estrenó la primera película no existían las “películas de verano”, solo las adaptaciones de novelas populares como El Exorcista o El Padrino, por eso el especialista cree que la producción cautivó a tantos cinéfilos.
“Antes de Tiburón nada había llegado a esos niveles de técnica y de manejo de la imagen y con la intención deliberada de hacer una película de aventuras de mayor calidad que el promedio”, dice Cane.
Siempre imitada
Aunque la famosa franquicia tuvo un final que la llevó al fondo del mar no solo por su mala recaudación también por los guiones poco sólidos y efectos especiales deficientes, ninguna ha logrado conseguir o superar lo que hizo la original.
Pero eso no evitó que otras casas productoras se sumergieran en el mundo acuático para realizar
Steven Spielberg no sabía que iba a establecer parámetros que, hasta hoy, son imposibles de superar, más que por
él mismo”
Miguel Cane
Escritor y crítico de cine
cintas con tramas en las que el protagonista era el mismo.
En 1999 saltó a la pantalla grande Alerta en lo Profundo dirigida por el finlandés Renny Harlin cuya recaudación global duplicó su presupuesto al lograr 164.6 mdd.
Los años siguientes nadaron en la industria otras películas similares, aunque con bajo presupuesto, como Sharknado que se realizó con 2 mdd o Terror a 47 metros, que se financió con 5.3 mdd, pero sumó 62.6 mdd en las salas de todo el mundo.
Sin embargo, en 2018 un tiburón prehistórico desbancó a la reina en la taquilla mundial. Megalodón dirigida por Jon Turteltaub se financió con 150 mdd y logró una recuperación total de 530.1 mdd, con lo que marcó un récord en el género.
El crítico de cine Miguel Cane reconoce el valor de las otras producciones, pero el hecho de que Tiburón aún se mantenga en el imaginario de los cinéfilos y que incluso sea estudiada en academias de cine habla de su espléndida factura.
“Cuando se rodaba la película en 1974 Steven Spielberg era muy joven y estaba enfrentando su primera película de alto presupuesto. No sabía que iba a establecer parámetros que, hasta hoy, son imposibles de superar, más que por él mismo”.