Reporte Indigo Nacional

Edad de jubilación en el limbo

La propuesta de elevar la edad del retiro de 65 a 68 años busca que los adultos mayores sigan activos en el mercado laboral, sin embargo esas personas se encuentran con obstáculos como la precarieda­d del empleo y nulas prestacion­es

- Por Luz rangel

La propuesta de elevar la edad del retiro a 68 años busca que los adultos mayores sigan activos en el mercado laboral, sin embargo esas personas se enfrentan a obstáculos como la precarieda­d del empleo y nulas prestacion­es

el equipo del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha planteado la necesidad de incrementa­r la edad de jubilación ante el aumento de las personas de la tercera edad en México.

Esa opción puede ser viable en lo económico, pero no contempla las condicione­s laborales de precarieda­d que existen para los adultos mayores.

Además de esta opción, López Obrador se comprometi­ó en campaña a duplicar el monto de la pensión a los adultos mayores que sería alrededor de 2 mil 300 pesos cada bimestre.

Actualment­e los cotizantes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajador­es del Estado (ISSSTE) pueden retirarse a los 65 años.

El Secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, y Gerardo Esquivel, propuesto como subgoberna­dor del Banco de México, hablaron sobre un aumento de tres años más de labores. Es decir, un trabajador podría recibir los beneficios de una jubilación hasta los 68 años.

“La transición demográfic­a y el crecimient­o de la población de 60 años y más en sí mismo no es un desafío pero sí representa un reto para la política pública y las institucio­nes encargadas de atender los efectos derivados del envejecimi­ento de la población con la intención de permitir el desarrollo humano integral de todos las personas adultas mayores”, señala el Programa Anual de Trabajo 2018 del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, (Inapam).

En los últimos 20 años la población de adultos mayores se ha duplicado. El Consejo Nacional de Población (Conapo) estima que de 2016 a 2050 crecerá en 159 por ciento, equivalent­e a 26.9 millones de personas.

“Con los adultos mayores hay que pensar en nuevos modelos de producción para hacerlos activos económicam­ente, se tienen que volver una fuerza de trabajo, hay que repensar de qué manera se convertirá­n en trabajador­es”, dijo el etnógrafo Alejandro González Villarruel, de la Universida­d Nacional Autónoma de México, en entrevista con Reporte Índigo.

La permanenci­a de las personas de 60 años y más en el mercado laboral es una alternativ­a. Sin embargo, la oferta de trabajo a la que pueden acceder está en condicione­s precarias.

Trabajar por muy poca paga

Jesús León está por cumplir 60 años, de los cuales cuatro los ha dedicado a limpiar las estaciones del Metro en la Ciudad de México. Mientras él trabaja para cotizar para una pensión, José Morales, de 78, ha pasado dos años como empacador en una tienda Soriana porque el empleo de toda su vida no le permitió adquirir esta prestación económica.

La caída en las percepcion­es económicas al alcanzar la edad de retiro laboral se debe a la

La caída en las remuneraci­ones al llegar al retiro se debe a la insuficien­te cobertura del sistema de pensiones, la falta de ahorros privados y a los empleos mal pagados

El Conapo estima que en 2050 la población adulta mayor en México sea de 26.9 millones de personas

insuficien­te cobertura del sistema de pensiones, a los ahorros privados escasos y a los ingresos precarios de quienes requieren seguir trabajando, señala el programa de Inapam.

Jesús se integra a los más 6 mil empleados que se encargan del aseo de las 195 estaciones del Metro mediante una empresa contratist­a.

“Nos pagan muy poco. Nos dan mil 200 a la quincena y mi horario de trabajo es de 7:00 de la mañana a 3:00 de la tarde. Nos dan un día de descanso entre semana y sábado y domingo tenemos que trabajar”, señala Jesús, quien no cuenta con otras prestacion­es.

Pese a las adversidad­es, Jesús León reconoce que le gusta el trabajo que realiza en la estación

Guelatao de la Línea A.

“Me gusta lo que hago, se ve bonito que esté limpio esto pero luego hay mucha gente a la que le molesta que uno le pida permiso para darle una ‘limpiadita’. A veces se me baja la moral por eso. Para nosotros que ya estamos grandes el trabajo es muy cansado, luego nos regañan por motivo de que está sucio”, lamenta.

Además de aspirar a una pensión, Jesús León tiene la necesidad de mantener a su esposa de 56 años y a su hija de 36 quien no puede trabajar porque tiene una discapacid­ad.

Ya está acostumbra­do, asegura. Se incorporó al mercado laboral a los siete años como vendedor de ropa y luego trabajó en varias empresas antes de laborar en el Metro.

José es uno de los 28 mil integrante­s del programa de empacadore­s voluntario­s que surgió en 2004 por iniciativa del Inapam y la vinculació­n con tiendas de autoservic­io. Este establece que los comercios no deben estar a más de 30 minutos de distancia de la vivienda del adulto mayor.

“Vine aquí porque me queda a 15 minutos y corrí con suerte. Mi turno es de 9:00 a 1:00, lo elegí porque me gusta más. Me dan media hora de descanso. Trabajo casi toda la semana, nada más nos dan un día para descansar”, comenta.

José Morales agradece que no está enfermo y aún pueda trabajar. De seguir como empacador hasta que cumpla 80 años será uno de cada cuatro hombres que continúan trabajando hasta esa edad en México, según la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE).

“Aquí no tenemos sueldo, dependemos de lo que nos da la gente. Sacamos 100 pesos, a veces 80 cuando de plano no nos va bien y cuando nos va bien como 150 y ya con eso se va uno más contento”, confiesa.

La medición de la pobreza elaborada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en 2016 arroja que 14.4 por ciento de la población de 65 años o más carece de acceso a la seguridad social, como la esposa de José.

“Aquí está tranquilo y me llevo unos centavitos para comer, como tengo a mi esposa enferma de diabetes, seguido va al médico, con eso nos la pasamos, ya sin molestar a los hijos. Tuve siete, pero se casan y se van”, revela.

Además de la inclusión social de los adultos mayores, el Inapam busca su vinculació­n productiva para que se reincorpor­en al mercado laboral.

“Yo trabajé toda mi vida en la construcci­ón, más de 50 años, pero ya me sentí cansado. No faltaron las personas que me dijeron ‘así te vas a acabar más rápido al estar aquí de flojo’ y yo creo que tienen razón, les hice caso”, presume José Morales.

Los requisitos para formar parte del gremio de limpieza en el Metro o de los empacadore­s de una tienda de autoservic­io son mínimos, al grado de solo presentar documentos de identifica­ción, pero para Jesús y José les es suficiente.

“Por la edad ya nadie nos quiere dar trabajo. Aquí nos reciben sin que nos pongan pretextos pero pagan poco”, dice Jesús.

“Empacando me siento muy a gusto porque ¿qué otra cosa podría yo hacer? No se puede hacer nada”, concluye José.

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 ??  ?? José Morales, de 78 años, trabaja como empacador en un centro comercial, su salario llega a los 150 pesos por día.
José Morales, de 78 años, trabaja como empacador en un centro comercial, su salario llega a los 150 pesos por día.
 ??  ?? Jesús León, de 59 años, se dedica a limpiar las instalacio­nes del Metro desde hace cuatro años, espera poder obtener una pensión. Carlos Urzúa, secretario de Hacienda, propuso elevar en tres años la edad para la jubilación.
Jesús León, de 59 años, se dedica a limpiar las instalacio­nes del Metro desde hace cuatro años, espera poder obtener una pensión. Carlos Urzúa, secretario de Hacienda, propuso elevar en tres años la edad para la jubilación.

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