Petróleo, la llave de entrada
Andrés Manuel López obrador ha tomado la decisión de rescatar el sector energético mediante la producción de petróleo, sin embargo, especialistas coinciden en que también le debe apostar a la generación de gas y electricidad
El Gobierno federal envió un mensaje: rescatar el sector energético. El plan para este sexenio contempla impulsar las energías renovables, elevar la producción de energía a nivel nacional y fortalecer las finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para que se traduzcan en ahorros para los consumidores, de acuerdo con ‘Proyecto 18’, documento que se presentó durante la campaña presidencial.
Aunque los discursos del presidente Andrés Manuel López Obrador se han enfocado en destacar a Pemex como la columna vertebral de la industria en el país, la Empresa Productiva del Estado (EPE) lleva años padeciendo los estragos de sus problemas financieros ocasionados, en parte, por la caída de los precios del petróleo a nivel mundial.
Luis Miguel Labardini-deveaux, socio en Marcos y Asociados, Infraestructura y Energía, comparte que uno de los desafíos para la petrolera mexicana será cumplir la meta para elevar la producción de crudo del nivel actual de un millón 700 barriles a dos millones 600 mil barriles por día.
Aunque considera que la propuesta es viable en México, debido a que ya existen los pozos petroleros donde se puede realizar la extracción, asegura que todavía es necesario destinar recursos para la perforación de pozos que ya fueron descubiertos.
Pero la tarea no es sencilla. Gonzalo Monroy, director de la consultora GMEC, opina que uno de los problemas de la EPE es la falta de capacidad para desarrollar un modelo de negocio que le permita generar ganancias.
Monroy añade que la apuesta del equipo del político tabasqueño no ha considerado la falta de inversiones por parte de Pemex en segmentos como logística, ductos de distribución o almacenamiento, que son necesarios en la cadena de producción de hidrocarburos y en los que se abren espacios para aprovechar la Reforma Energética que se aprobó en 2013.
“Pemex no lo es todo. Es el jugador más grande de la industria nacional, pero no está sólo”, declara el director de la consultora GMEC.
El futuro de la reforma Energética
Otra de las inquietudes es saber qué ocurrirá con exactitud con la reforma que nació durante la administración de Enrique Peña Nieto y que ha sido el blanco de las críticas del presidente López
Uno de los desafíos para pemex será elevar la producción de crudo de un millón 700 mil barriles a dos millones 600 mil barriles por día
Obrador. Pero hasta ahora, ni el mandatario ni su equipo han revelado cuál será su destino.
Especialistas advierten que el gobierno podría establecer un esquema en el que se dé prioridad a Pemex en el desarrollo de la industria con la colaboración de jugadores internacionales en un menor porcentaje, considerando que llegarán inversiones en hidrocarburos.
Ramsés Pech, analista y consultor del sector energético, comparte que el gobierno debe considerar que los resultados en este mercado no serán inmediatos y además incluir otros segmentos como generación de gas y electricidad, más allá de la generación de hidrocarburos.
Por su parte, Gonzalo Monroy proyecta que no se realizarán cambios a la ley, aunque se podrían modificar segmentos específicos como la Ley de hidrocarburos o la sectorización de los reguladores.
El director de GMEC también destaca que cerrar las puertas al desarrollo de fracking puede considerarse como señal negativa, ya que mantienen la estrategia petrolera en los campos terrestres y no en las aguas someras, donde se ubica el futuro de la industria.
“La reforma no es privatizadora, es de apertura y da oportunidad de ver al sector privado como un aliado de Pemex para hacer inversiones a lo largo y ancho de sus cadenas productivas”, refiere Monroy.
El reto con la refinación
Las creación de una refinería y la rehabilitación de las seis existentes es una de las propuestas que el presidente de la República Mexicana ha mantenido desde su campaña electoral.
La apuesta es elevar la capacidad de refinación nacional del 46 por ciento actual para llevarla a su capacidad total y recortar las importaciones de combustible.
El analista Ramsés Pech advierte que si el gobierno incumple con la demanda nacional, esto lo llevaría a enfrentar la disyuntiva de priorizar las exportaciones sobre el mercado nacional.
Pech refiere que ante este escenario, la refinación tiene el riesgo de no ser tan rentable para las finanzas del país.
“Es necesario hacer un diagnóstico de las refinerías actuales para saber si se cuenta con el dinero para elevar su capacidad y darles mantenimiento, sin el análisis es imposible establecer la inversión”, precisa.
Por su parte, Luis Miguel Labardini-deveaux opina que el desafío para las autoridades energéticas será que esta actividad genere utilidades que impidan que se sacrifiquen otras inversiones o programas sociales, es decir, revertir la historia de pérdidas que ha registrado desde hace años.
Sin embargo, los expertos también coinciden en que es imposible realizar un análisis sobre la propuesta debido a la falta de información por parte del equipo del político tabasqueño.
“Tienen que cuidar que sea una operación rentable, sino, por cada barril adicional que se produzca va a perder Pemex y será insostenible para el Gobierno federal”, señala Labardini-deveaux.
Las creación de una refinería y la rehabilitación de las seis existentes es una de las propuestas que el presidente de la República Mexicana ha mantenido desde su campaña electoral