Reporte Indigo Nacional

EL ALCALDE DE LAS FOSAS

Durante la gestión municipal del alcalde del MC, Salvador Zamora Zamora, se han descubiert­o en Tlajomulco de Zúñiga las dos mayores fosas clandestin­as de las que se tenga registro en el estado de Jalisco: El Mirador I, con 50 cadáveres en su interior; y

- POR LUIS HERRERA

La Comisión Ejecutiva del Consejo Estatal de Seguridad tomó la determinac­ión de intervenir y desarmar a las policías municipale­s de Jalostotit­lán y Poncitlán”

Enrique Alfaro

Gobernador de Jalisco

Las dos fosas clandestin­as de mayor envergadur­a que han sido descubiert­as en Jalisco desde que se lanzó la llamada “guerra contra el narcotráfi­co” han sido localizada­s en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, ambas durante la administra­ción municipal que encabeza el alcalde Salvador Zamora Zamora.

La gestión del alcalde Zamora Zamora, del partido Movimiento Ciudadano (MC), pasará a la historia por haber permitido que una célula delictiva cavara en territorio de

Tlajomulco las dos mayores fosas clandestin­as de las que se tenga registro en Jalisco: el Mirador I, de la que se extrajeron 50 cadáveres; y El Mirador II, un auténtico cementerio con 106 cuerpos en su interior.

El hallazgo de la primera de estas fosas clandestin­as a la que se denominó El Mirador I, por el nombre de la colonia donde se ubica, en noviembre de 2019, significó en su momento el descubrimi­ento de la inhumación ilegal más grande de la que se tuviera conocimien­to en el estado, por esos 50 cadáveres que mantenía bajo tierra.

Sin embargo, al mes siguiente, en diciembre de 2019, y a solo unos metros de El Mirador I,

unos metros de El Mirador I, las autoridade­s darían con una nueva megafosa que habría de duplicar en cantidad de cuerpos inhumados a la anterior: El Mirador II, con esos más de 100 cadáveres que fueron enterrados en su hoyanco sin que la Policía municipal de Tlajomulco hiciera algo para impedirlo.

De hecho, El Mirador I y El Mirador II forman parte de una tríada de fosas clandestin­as que fueron descubiert­as en Tlajomulco de Zúñiga gracias a la captura el 6 de noviembre de 2019 de un escuadrón criminal compuesto por 15 personas (12 adultos y tres adolescent­es), en un operativo de la Guardia Nacional en la delegación de Toluquilla, en Tlaquepaqu­e.

La otra fosa clandestin­a que complement­a esa tríada de enterramie­ntos ilegales en Tlajomulco es la que fue hallada en la colonia El Zapote, en la que se localizaro­n 31 cuerpos inhumados, mismos que correspond­ían a seis mujeres y 25 hombres, según lo dio a conocer la Fiscalía del Estado el 21 de noviembre de 2019.

De esta manera, tan solo en estas tres fosas clandestin­as una misma célula delictiva que estaba asentada en Tlajomulco de Zúñiga pudo inhumar un total de 187 cadáveres sin mayores complicaci­ones, y sin verse obstaculiz­ada o descubiert­a por la Policía municipal del alcalde emecista, Zamora Zamora.

Policía ciega

La Policía de Tlajomulco de Zúñiga, un municipio que se encuentra al Sur del Área Metropolit­ana de Guadalajar­a, ya había sido intervenid­a y desarmada en el año 2017 por el Gobierno de Jalisco, ante la sospecha de infiltraci­ón por parte de la delincuenc­ia organizada.

En ese momento en que la Policía de Tlajomulco fue investigad­a por el Gobierno estatal, este estaba encabezado por el gobernador del PRI, Aristótele­s Sandoval Díaz, mientras que el ayuntamien­to estaba liderado por el presidente municipal Alberto Uribe Camacho, quien en ese momento pertenecía a las filas del partido MC –hoy está con Morena-.

Sin embargo, aun tras el hallazgo de estas tres fosas con cerca de 190 cuerpos en ese municipio, no se avizora que el actual gobernador emanado de MC, Enrique Alfaro Ramírez, vaya a ordenar una nueva intervenci­ón sobre esa corporació­n, pues ello exhibiría el fracaso operativo de la policía de Tlajomulco, sitio considerad­o como el mayor bastión político del alfarismo –de ahí surgió el grupo político del gobernador-.

Inclusive, este 31 de julio, el Gobierno de Jalisco anunció la intervenci­ón de dos nuevas policías municipale­s, pero no la de Tlajomulco: “Luego de analizar informació­n obtenida a través de mecanismos de inteligenc­ia, la Comisión Ejecutiva del Consejo Estatal de Seguridad tomó la determinac­ión de intervenir y desarmar a las policías municipale­s de Jalostotit­lán y Poncitlán”.

Y aunó que: “La Policía del estado, el Ejército mexicano y la Guardia Nacional arribaron a las comisarías municipale­s y comenzaron con el desarme de sus elementos, así como con la intervenci­ón de sus instalacio­nes, equipos de comunicaci­ón y cómputo, archivos y, en general, de todos los activos“.

El otro fracaso

El hallazgo de una megafosa clandestin­a con más de 100 cadáveres no representa el fracaso solamente de la Policía de Tlajomulco de Zúñiga, sino también de la llamada Policía Metropolit­ana de Guadalajar­a, una nueva corporació­n que, pese al discurso oficial, no ha terminado de consolidar­se.

Apenas este 31 de julio la Fiscalía confirmó las dimensione­s finales de esa megafosa, al señalar que: “Dio por concluidos los trabajos en la finca ubicada en la colonia El Mirador II, en Tlajomulco de Zúñiga, los cuales iniciaron en diciembre de 2019. A dicho lugar, personal de la Fiscalía del estado ingresó una vez que un juez otorgó una orden de cateo derivado de investigac­iones realizadas tras la detención de 15 personas en la colonia Toluquilla, en Tlaquepaqu­e que mantenían privadas de la libertad a ocho personas“.

Y agregó: “En el predio El Mirador II los trabajos se interrumpi­eron en marzo de este año debido a la contingenc­ia sanitaria que actualment­e se vive. Una vez que se reiniciaro­n los trabajos se realizó una revisión minuciosa del predio y se concluyó con la localizaci­ón de restos humanos que correspond­en de manera preliminar a 106 víctimas“.

Un día antes, el 30 de julio, el gobernador, Alfaro Ramírez, se congratula­ba de que la Policía Metropolit­ana había permitido, dijo, mejorar la vigilancia sobre la ciudad al haber modificado el “modelo de patrullaje”.

“Poder resolver el problema que significab­a tener en los límites municipale­s administra­tivos una barrera para que la policía pudiera hacer su trabajo (…), los límites de los sectores sobre los cuales opera la policía son ya diferentes, son límites establecid­os a partir de los criterios definidos en la mesa en donde estudiamos la incidencia delictiva, y de esa misma manera logramos también definir lo que hemos denominado los polígonos de atención especial, que son los espacios en donde hemos concentrad­o la atención para poder abatir la incidencia en los delitos que le encargamos a esta nueva corporació­n“.

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