La pandemia y la tentación autoritaria
Senadora de la República
@Josefinavm para afrontar crisis dado que ésta requiere de escuchar diferentes voces, debatir cursos de acción y crear consensos. Esta lógica parece razonable, pero es falsa y sumamente peligrosa, pues justamente eso es lo que les gustaría que creyéramos a los gobiernos con tentaciones autoritarias, que usan la pandemia como coartada para acrecentar ilegalmente su poder.
Y es que durante las crisis, la democracia es el antídoto más útil para fomentar el bien común en la sociedad. Solo si existen voces opositoras y críticas habrá espacio para el diálogo y la construcción de acuerdos, y se respetarán irrestrictamente las libertades, el Estado de Derecho y se gobernará para todos.
En las democracias existen asociaciones civiles y partidos políticos que impulsan las causas que el gobierno no toma en cuenta, como la urgente necesidad de medidas económicas contracíclicas y un ingreso mínimo vital y temporal para respaldar a miles de empresas en quiebra y a millones de desempleados.
De acuerdo al reporte “Democracia Global y COVID-19: Actualización del Apoyo Internacional”, hay varias tentaciones autoritarias que destruyen la democracia y que algunos países han puesto en práctica, por ejemplo: la censura y amenazas a los medios de comunicación independientes, pues muchos gobiernos han aprobado decretos que les permiten multar o encarcelar a quienes consideran que están difundiendo “noticias falsas” o críticas sobre la gestión oficial de la pandemia.
La afectación a los derechos de las minorías y grupos vulnerables socava cada vez más el principio democrático central de la igualdad de derechos. Las crisis no pueden poner en pausa a la democracia y menos destruir sus bases con el pretexto de hacer las cosas más rápido y “en beneficio de las mayorías”.