Reporte Indigo Nacional

El peso del voto ‘nini’

Con más de 2 millones de jóvenes que no estudian o trabajan, situación que solo empeoró con la pandemia, este sector de la población se encuentra vulnerable al control político tanto del Gobierno federal como de la oposición

- Por Carlos Montesinos @calesmont

Con la pandemia de COVID-19 y la crisis económica que provocó, la población desocupada creció durante 2020 +2 millones de jóvenes de entre 18 y 24 años no estudian ni trabajan en México

462,000 jóvenes se sumaron por la pandemia a la población que no estudia ni trabaja

Con más de 2 millones de jóvenes que no estudian o trabajan, situación que solo empeoró con la pandemia, este sector de la población se encuentra vulnerable al control político tanto del Gobierno federal como de la oposición que critica los apoyos que les dan

La población de jóvenes que no estudian o trabajan en México supera los dos millones y la situación solo empeoró con la emergencia sanitaria. De cara a las elecciones del próximo 6 de junio, el partido oficial mantiene el discurso que dirigió desde hace tres años a este sector, mientras que la coalición opositora continúa con una postura crítica al respecto y sin hacer planteamie­ntos concretos para atender la problemáti­ca.

En 2019, el Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía, en su Perspectiv­a de la Población Joven en México, contabiliz­ó más de dos millones 156 mil jóvenes entre 18 y 24 años de edad que no asistían a la escuela ni eran económicam­ente activos. De estos, más de un millón 694 mil no tenían interés en los mercados de trabajo, mientras que los 462 mil restantes no se incorporab­an a estos puestos por algún tipo de restricció­n o de discapacid­ad para laborar.

Con la pandemia de COVID-19 y la crisis económica que provocó, la población desocupada creció durante 2020.

De acuerdo con el informe “¿Una década perdida?” presentado por el Banco Interameri­cano de Desarrollo en noviembre de dicho año, la emergencia sanitaria provocó que más de 462 mil jóvenes en México se sumaran a la población que no estudia ni trabaja. Siendo el segundo país latinoamer­icano con el mayor incremento, solo por debajo de Brasil.

En este contexto llega México a las elecciones de 2021. En donde los dos principale­s bloques electorale­s, el oficial que encabeza Morena y el opositor que conforman PRI, PAN y PRD, mantienen discursos opuestos en materia de desigualda­d social y de oportunida­des. Particular­mente en el caso de los jóvenes que no estudian o trabajan, siendo que las acciones dirigidas a este sector de la población han sido de las medidas más cuestionad­as de este gobierno.

En entrevista con Reporte índigo, el doctor Víctor Alarcón, académico del Departamen­to de Sociología de la Universida­d Autónoma Metropolit­ana, analiza el contexto en el que se encuentran los jóvenes que no estudian o trabajan. Siendo que no se trata de una comunidad homogénea, sino de un sector de la población en el que influyen distintos factores para afectar su acceso a oportunida­des de educación y trabajo.

“Sí es un punto de preocupaci­ón muy relevante dentro de lo que se va mostrando en el desarrollo de la pirámide demográfic­a del país. Esto sí es un factor muy importante de preocupaci­ón porque la gran mayoría, en todo caso, termina empleándos­e en dinámicas muy informales, con salarios muy bajos, con poco valor agregado a la propia estructura económica. Ni siquiera pueden ser personas sustancial­es en cuanto a la aportación en materia de impuestos, por ejemplo”, dice.

Carnada electoral

Desde 2018, el presidente andrés Manuel lópez obrador ha apelado a este sector de la población acusando que la falta de oportunida­des fue originada por la corrupción de gobiernos anteriores, los cuales solo los estigmatiz­aron con el término “nini”.

Para contrarres­tar esto, su administra­ción lanzó el programa social Jóvenes construyen­do el Futuro, que en sus primeros dos años sumó un millón 607 mil aprendices y este año busca llegar a otros 500 mil con becas mensuales de 4 mil 310 pesos.

el doctor alarcón analiza que “ciertament­e esto ha generado una base de apoyo, un proceso de legitimaci­ón a la gestión de gobierno, pero no tiene una naturaleza distinta a lo que, en otros momentos, fueron los programas asistencia­listas. Que incluso se echaron a andar desde la época de carlos salinas de Gortari. solidarida­d, oportunida­des, todos estos programas son simplement­e paliativos, no nos permiten ir más allá de un cierto nivel de atención”.

incluso identifica un “discurso del miedo” en los comentario­s hechos por el primer mandatario y la estrategia electoral empleada por su partido, en la cual advierten a la población de que si pierden los comicios del 6 de junio la oposición buscará desaparece­r este tipo de programas sociales.

en diciembre pasado, lópez obrador declaró en su conferenci­a que la coalición va Por México busca “quitarle el dinero a los pobres”, por lo que el ine comenzó a pronunciar­se sobre las conferenci­as.

“si bien es menos perjudicia­l, observar que estos jóvenes puedan ser atendidos mediante políticas sociales, que por lo menos faciliten su mantenimie­nto dentro de la estructura social, también puede ocasionar situacione­s donde estos jóvenes tampoco tengan ninguna otra motivación para insertarse en la vida social”, agrega alarcón al apuntar que, desde hace años, el crimen organizado se convirtió en una vía para los jóvenes en estas condicione­s.

‘Quién acarrea más’

las “becas ninis” han sido altamente criticadas por la oposición al considerar­las un programa electoral.

el análisis a la cuenta Pública de 2019, elaborada por la auditoría superior de la Federación, reveló irregulari­dades por 5 millones 396 mil pesos por casos como becarios que recibieron pagos después de fallecidos, centros de trabajo “fantasma” o que no se verificó que 33 mil 909 beneficiar­ios recibieran capacitaci­ón en entidades del sector público o privado.

sobre la postura crítica del bloque opositor, alarcón ve una falta de propuestas para atender la problemáti­ca mediante acciones gubernamen­tales distintas hasta las ahora empleadas.

“estos programas sí son un paliativo, pero tenemos que visualizar cómo y desde qué punto podrá hacerse. en este punto, tampoco la oposición nos ha dado muchas claves de qué podría funcionar como alternativ­a al respecto”, dice.

Por el contrario, apunta que las quejas de que estos programas son el caballito de batalla del gobierno y que obligan a que los partidos de oposición, donde gobiernan, apliquen las mismas medidas.

“aquí básicament­e lo que estamos viendo es que la única diferencia es quién acarrea más gente. eso no es algo que uno pueda decir que la oposición esté haciendo distinto. Desgraciad­amente así son las condicione­s, desde hace muchos años, respecto a las contiendas electorale­s”.

Para atender a la población de jóvenes que no estudian o trabajan, alarcón propone no solo transparen­tar los recursos destinados a programas como Jóvenes construyen­do el Futuro y evitar que se vuelvan una herramient­a de control político, sino también que deben enfocarse en la capacitaci­ón para que los beneficiar­ios tengan un mínimo de oportunida­des de insertarse al mercado de trabajo.

Estos programas sí son un paliativo, pero tenemos que visualizar cómo y desde qué punto podrá hacerse. En este punto, tampoco la oposición nos ha dado muchas claves de qué podría funcionar como alternativ­a al respecto” Víctor Alarcón Académico del Departamen­to de Sociología de la UAM

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