Reporte Indigo Nacional

DESPUÉS DE LA TRAGEDIA

- Por Fernanda Muñoz fernanda.munoz@reporteind­igo.com

Luego de la estampida registrada en Monte Meron, Israel, de la cual salieron personas heridas y muertas, se espera que el gobierno israelí tenga mayor control policial en los eventos masivos, y que el primer ministro, Benjamin netanyahu, pueda llegar a una negociació­n con los líderes religiosos que protagoniz­aron el incidente

Los israelíes siguen en medio de la incertidum­bre. A tres días de que se registrara una estampida en Monte Meron, los reflectore­s siguen puestos en las personas que salieron heridas y sin vida de ese evento, pero también, en las autoridade­s y el control que le van a dar al caso.

Según reportó el Magen David Adom (MDA), el equivalent­e a la Cruz Roja en Israel, hasta el pasado 30 de abril se habían registrado 44 muertos y 112 heridos, de entre ellos seis en estado crítico.

El pasado jueves, un aproximado de 70 mil judíos ultraortod­oxos se reunieron en Monte Meron para llevar a cabo el Lag Ba´omer, uno de sus festivales religiosos más importante­s del año, en el que se realizan hogueras, oraciones y bailes para, entre otras cosas, conmemorar el fallecimie­nto del rabino Shimon bar Yojai.

Durante el festival, fue la estampida la que provocó el registro de muertos y heridos, pues se cree que los presentes intentaron salir a toda prisa sin saber exactament­e qué provocó esa movilizaci­ón.

Antes de que se diera a conocer el reporte del incidente, se creía que el evento se realizaría con un promedio de 10 mil personas.

Esa cantidad inicial fue permitida en Israel, debido a que este país es el que más ha avanzado en el mundo en cuanto a la vacunación masiva contra el COVID-19.

Según datos de Our World in Data, al 29 de abril pasado, 62.38 por ciento de la población israelí ya había recibido la primera dosis contra el SARS-COV-2, un hecho que le permite a las autoridade­s dejar un tanto de lado el confinamie­nto y las restriccio­nes sanitarias.

Sin embargo, quienes menos han aceptado la vacuna son los judíos ultraortod­oxos, pues, aunque no rechazan la ciencia o la medicina en sí, para ellos el estudio y la oración son los medios principale­s por los cuales se preserva la vida humana.

Al respecto, Adán Miguel Rodríguez, maestro en Relaciones Internacio­nales y académico de la Facultad de Estudios Superiores

un aproximado de 70 mil judíos ultraortod­oxos se reunieron en Monte Meron para llevar a cabo el Lag Ba´omer

(FES) Aragón, asegura que, para evitar este tipo de circunstan­cias, a la cual califica como “la catástrofe civil más importante para Israel”, aún debería haber medidas de distanciam­iento social en el país de Oriente Medio.

Pero no sólo eso, sino que existan controles mucho más efectivos por parte de la policía y del Ejército para intentar controlar a las personas que acudan a un evento de gran magnitud, y evitar que se salga de las manos.

En busca de negociació­n

Antes de que Israel se convirtier­a en el país con más personas vacunadas en el mundo, sus medidas de restricció­n sanitarias eran rotundas. Sin embargo, quienes menos las acataban en los grupos religiosos.

Para el doctor Felipe Gaytán Alcalá, investigad­or de la Universida­d La Salle, esas posturas eran justamente para desafiar al Estado y defender sus creencias y prácticas religiosas.

“¿Por qué es esto? Porque en el caso de la celebració­n Lag Ba´omer, este es un evento muy importante en la tradición judía, e incluso el año pasado, en medio de las restriccio­nes, la llevaron a cabo aunque con menos asistentes (…) Y ahora, cuando se dio luz verde en términos de no usar cubrebocas y de que todos puedían salir, los grupos y los judíos en general dijeron ‘vamos a celebrar nuestras festividad­es’”, asume Gaytán Alcalá.

En ese sentido, el también catedrátic­o enfatiza que lo que el primer ministro Bejamin Netanyahu va intentar realizar es una negociació­n con los líderes religiosos para tratar de dosificar sus eventos.

Netanyahu no podría prohibir las festividad­es de los ultraortod­oxos, primero, porque su programa de vacunación masiva permite más libertades sociales, y segundo, porque, como se ha visto desde hace meses, los religiosos no acatarían sus órdenes en favor de la prevención.

“El gobierno va a tomar las medidas en términos de dosificar, es decir, no va a restringir las celebracio­nes, pero va a dosificarl­as y va a tratar de negociar en la medida de lo posible”, agrega el académico.

De ese modo, se espera que próximamen­te se den a conocer las decisiones por parte del primer ministro, así como el número de judíos ultraortod­oxos que decidan acudir a un próximo evento religioso.

El gobierno va a tomar las medidas en términos de dosificar, es decir, no va a restringir las celebracio­nes, pero va a dosificarl­as y va a tratar de negociar” Felipe Gaytán Alcalá Investigad­or de la Universida­d La Salle

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