Gobernadores
La relación entre el Gobierno federal y los estados de la república se ha transformado desde la hegemonía presidencial del pri hasta la creación de la Conago para servir como un contrapeso al poder ejecutivo
durante los tres cuartos de siglo que se prolongó la hegemonía del PRI como partido de Estado, el Presidente de la República contó con las facilidades para quitar y poner gobernadores a placer, fueran éstas constitucionales, como la desaparición de poderes contemplada en el Artículo 76 y que fue aplicada por última vez por Luis Echeverría en 1975, o extraconstitucionales, como las maniobras políticas para que fueran las legislaturas estatales las que removieran y nombraran mandatarios.
El último en usar estas facultades fue Carlos Salinas. Durante su sexenio intervino en los mandatos de 17 gobernadores. Lo mismo para darles puestos de gabinete - como al veracruzano Francisco Gutiérrez Barrios, quien asumió la Segob, o al jalisciense Enrique Álvarez del Castillo, a quien encomendó la PGR - que para retirarlos como al tabasqueño Salvador Neme, al potosino Fausto Zapata o al guanajuatense Ramón Aguirre en 1991.
En entrevista con Reporte Índigo, Lorenzo Meyer, profesor emérito del Colegio de México, analiza las estructuras que permitían al Ejecutivo federal ejercer esta presión sobre los representantes estatales, identificando a las secretarías de Gobernación, para la operación política, y de Hacienda, para el manejo de recursos, así como al Ejército como mecanismo de control para “apretarles las tuercas” cuando fuera necesario.
“En la medida que los gobernadores no causen malestar, que no haya disturbios en sus estados, que no haya problemas para la Presidencia y para el sistema en su conjunto, el presidente los deja hacer. Son los responsables del día a día, de mantener el orden, el control. Si son unos ladrones corruptos, que lo sean, pero que no causen problemas al sistema. Cuando sucede lo contrario, se los lleva el diablo. Hasta que el sistema se debilitó”, explica el doctor Meyer.
los gobernadores tienen que tener ahora apoyo de sus electores, cosa que antes no era un problema. la votación estaba controlada ”
Uno de los primeros momentos en los que esto sucedió, fue inmediatamente iniciando el mandato de Salinas, en 1989, cuando Ernesto Ruffo se convirtió en el primer candidato de oposición en ganar una gubernatura.
Posteriormente, se dio el caso de Aguirre, quien se hizo con el Ejecutivo de Guanajuato ante Vicente Fox. Frente a los reclamos de fraude, el Congreso estatal determinó nombrar interino a Carlos Medina Plascencia, del PAN.
Sobre este tipo de operaciones realizadas en las legislaturas estatales, el exgobernador Ruffo comenta a Reporte Índigo que