La policía
Los elementos de seguridad de Tulum han destacado por agredir tanto a los habitantes como a los visitantes que llegan al lugar, lo que ha provocado un sentimiento de inseguridad e impunidad en la región
celular, y lo destruyeron. A él lo golpearon y junto a su pareja lo subieron a las bateas de dos patrullas distintas.
“Por horas nos tienen dando vueltas, golpeándonos y finalmente nos llevan a la comandancia en donde el juez cívico que estaba ahí y el médico legista se encuentran coludidos con estos delincuentes que se dedican a extorsionar ciudadanos.
“Me decían, ‘vamos al cajero, ya estás muy golpeado y a tu novia ya nos la cogimos todos, ya vamos al cajero para dejarlos ir’, yo escuchaba los gritos de mi pareja, escuchaba que se intentaba defender y les suplicaba que ya la dejaran. No cedimos hasta que llegó la luz del día, rompió el alba y nos dejaron de golpear. Nos dejaron en la celda, ensangrentados, molidos a golpes y hasta las tres de la tarde del día siguiente fuimos liberados por otro juez”, recuerda.
A raíz del abuso que sufrieron, Rafael y su pareja comenzaron una ofensiva legal y de protesta contra los policías, a la que se fueron sumando más y más personas víctimas de su brutalidad. Sin importar color de piel ni estatus económico todos padecían abusos por parte de los uniformados.
“Así le ha tocado a muchos turistas y a muchos ciudadanos que viven aquí en la comunidad, todos vivimos aterrorizados por esa actuación de estos criminales con uniforme.
“Vivimos amenazados de muerte tanto por los policías como por el secretario de Gobierno Enrique Rodríguez. A raíz de que comenzamos a defendernos creamos esta tecnología social del observatorio ciudadano para contactar a otras víctimas y ayudarlos”, agrega.
Reporte Índigo acompañó a Rafael en un recorrido por una de las invasiones en la que policías y militares detenían y revisaban a personas jóvenes solo por su edad y viajar en motocicleta en una zona marginada.
“Las personas han entendido que se pueden defender, el gran reto es cambiar la cultura del miedo que la gente de Tulum le tiene a la policía. Todos queremos que venga el turismo, pero no hay turismo sin seguridad pública, queremos un turismo digno, que el dinero se quede aquí y que se vea en la mejora de la calidad de vida de la gente. Es un infierno tener que ver este turismo tóxico y caníbal que está devastando Tulum”, lamenta.
Vivimos amenazados de muerte tanto por los policías como por el secretario de Gobierno Enrique Rodríguez. a raíz de que comenzamos a defendernos creamos esta tecnología social del observatorio ciudadano para contactar a otras víctimas y ayudarlos”